El Papa pide a 400 jóvenes rusos que sean «artesanos de la paz» y «sembradores de reconciliación»
A través de una videollamada con los participantes el X Encuentro Nacional de Jóvenes Católicos de Rusia, el papa Francisco envió mensajes velados por el fin de la guerra de Ucrania
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«Queridos jóvenes, no quiero echar un sermón largo, los invito a ser constructores de puentes», dijo ayer el Papa en una videollamada con 400 jóvenes rusos reunidos en San Petersburgo con motivo del X Encuentro Nacional de Jóvenes Católicos de Rusia, un evento ... que el país alberga hasta el 27 de este mes y que lleva celebrando desde el 2000. Francisco recordó con los jóvenes los puntos clave de la recientemente celebrada JMJ de Lisboa y los animó a salir al encuentro de los demás, especialmente los ancianos. «Los jóvenes, al encontrarse con los ancianos, tienen la oportunidad de recibir la riqueza de sus experiencias y sus vivencias. Y los ancianos, al encontrarse con los jóvenes, encuentran en ellos la promesa de un futuro de esperanza».
Durante su mensaje, Francisco pidió a los asistentes de forma velada dar pasos para acabar con la guerra de Ucrania. «Deseo para ustedes, jóvenes rusos, la vocación de ser artesanos de la paz en medio de tantos conflictos, en medio de tantas polarizaciones que hay de todos lados, que acechan nuestro mundo». Algunos de los participantes habían recorrido 9.000 kilómetros para participar en la reunión y procedían de 54 ciudades diferentes rusas. Se estima que el número de católicos en el país es menor a los 800.000. El Papa los invitó a todos a ser «sembradores de semillas de reconciliación que en este invierno de guerra no brotarán por el momento en la tierra helada, pero en una primavera futura van a florecer».
Otro de los mensajes en los que el Papa hizo mayor hincapié (y que también tuvo una gran acogida en la JMJ celebrada en Portugal del 1 al 6 de agosto), es la lucha contra la fatalidad derivada de la guerra y creer firmemente que la paz y la esperanza son posibles. «Como dije en Lisboa, tengan la valentía de sustituir los miedos por los sueños. Sustituyan los miedos por los sueños. No sean administradores de miedos sino emprendedores de sueños. ¡Dense el lujo de soñar a la grande!».
Finalmente el Papa cerró su discurso con otra de las frases de mayor calado durante la JMJ de Lisboa, que la Iglesia está abierta a todos. «¡Cuántas heridas, cuánta desesperanza se pueden curar donde uno se pueda sentir recibido! Y la Iglesia nos recibe. Por eso, sueño con una Iglesia donde ninguno sobra, donde ninguno está de más. Por favor, que la Iglesia no sea una «aduana» para seleccionar a quienes entran y a quienes no», concluyó.
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