El padre que secuestró al asesino de su hija para llevarlo ante la justicia: «Prometí ante su tumba que descubriría la verdad»

Kalinka Bamberski era la hija mayor de André y Danielle Bamberski y creció en Francia con sus padres y un hermano menor llamado Nicolás. Sin embargo, su vida cambió cuando sus padres atravesaron un amargo divorcio después de que su madre tuviera una aventura con su vecino, Dieter Krombach.

Tras la separación de sus padres, Kalinka y su hermano se fueron a vivir con Danielle y Krombach en Lindau, Alemania, junto con los dos hijos de él, Boris y Diana.

El 10 de julio de 1982, Kalinka fue encontrada muerta en su casa. Su padrastro, un reconocido médico, admitió que le había inyectado calcio y hierro, creyendo que tenía un golpe de calor. Pero esto generó más dudas porque estas sustancias no se suelen administrar para tratarlo.

Se encontraron pruebas de agresión sexual en la autopsia de Kalinka. No obstante, lo más extraño es que Krombach estuvo presente durante la autopsia, y se le cita en el informe haciendo observaciones médicas. Sin embargo, las autoridades alemanas sostienen que permaneció fuera de la habitación. La autopsia no solo reveló lesiones en los genitales de Kalinka y hematomas en los brazos, las piernas y la garganta, sino que el detalle más inquietante de todo es que se extirparon los genitales, los riñones y el recto de la joven, lo que significa que no se pudieron realizar más pruebas.

Krombach fue arrestado inicialmente, pero liberado rápidamente debido a la insuficiencia de pruebas y volvió al trabajo.

Después de convencerse de que Krombach era culpable de matar a Kalinka, André comenzó a seguir el paradero del médico, asegurándose de saber dónde estaba en todo momento. Luego, en marzo de 1997, a Krombach le quitaron su licencia médica tras ser acusado de violar a una paciente menor de 16 años en su oficina.

La madre de Kalinka no creía en las acusaciones de su exmarido. Le parecían una locura, ella confiaba plenamente en Krombach. De hecho, se mantuvo a su lado hasta 1990, cuando el médico dejó embarazada a su joven secretaria.

Krombach continuó trabajando en secreto como médico suplente, a pesar de que ya no tenía licencia. Pero, sus mentiras pronto comenzaron a alcanzarlo cuando otras mujeres le acusaron también de drogarlas y violarlas mientras estaban bajo su cuidado.

Una de las partes más impactantes del documental de Netflix es una rara entrevista televisiva con Krombach, en la que aparentemente se burla de su víctima de violación: «Ella nunca dijo que sí, pero tampoco dijo que no», se ríe en el clip. El presentador señala entonces que había drogado a la mujer, a lo que responde: «Como decían en la antigua Roma: 'Los que callan parecen estar de acuerdo'».

Krombach fue a prisión en julio de 2007 por trabajar sin licencia, sin embargo, cumplió menos de un año de su sentencia de dos años.

En septiembre de 2009, Krombach fue arrojado, ensangrentado y magullado, frente a una comisaría de policía francesa, e inicialmente fue trasladado al hospital para recibir tratamiento médico antes de ser puesto bajo custodia por la muerte de Kalinka. Pero, ¿cómo llegó allí?

A pesar de que Krombach estaba a salvo de ser procesado en Alemania, donde había sido declarado inocente en Múnich, era un hombre buscado en Francia. Entonces, André solicitó la ayuda del barman nacido en Kosovo, Anton Krasniqi, quien, junto con dos miembros de la mafia rusa, secuestró a Krombach en Alemania y lo llevó a la frontera con Francia, donde podría ser juzgado por sus crímenes.

Krasniqi no aceptó ningún pago por el secuestro, y solo pidió que se cubrieran sus gastos. En 2014, André recibió una sentencia suspendida de un año por ordenar el secuestro, mientras que Krasniqi recibió un año de prisión, pero sostiene que no se arrepiente de haber ayudado a André a obtener justicia para su hija.

El 22 de octubre de 2011, Krombach fue condenado a 15 años de prisión por causar daños corporales intencionales que provocaron la muerte no intencional de Kalinka.

Krombach cumplió nueve años de su sentencia de 15 años antes de ser liberado por motivos de salud en 2020. El entonces hombre de 84 años murió poco después de su liberación.

André Bamberski ahora tiene 80 años y todavía vive en Francia.

Después de organizar el secuestro de Dieter Krombach, fue juzgado y se enfrentó a diez años de prisión. Su juicio tuvo lugar en mayo de 2014, donde confesó que había organizado el secuestro del médico, pero el hecho de haber llevado a un hombre buscado ante la justicia jugó a su favor. A pesar de ser declarado culpable, Bamberski recibió una sentencia de prisión suspendida de un año.

A Barbenski nada le importaba más que cumplir la promesa hecha a su hija: «Le prometí a Kalinka, ante su tumba, que llegaría hasta el final para averiguar la verdad y que se hiciera justicia (...) Entonces, alcanzaré la paz y la serenidad», comentó. Además, reflexionó: «He arruinado mi carrera profesional, he gastado enormes cantidades de dinero en esta tarea a la que estoy dedicado en cuerpo y alma desde hace 27 años, pero ahora, más que nunca, creo que ha merecido la pena aunque yo acabe detrás de los barrotes», dijo en 2014 cuando fue juzgado por el secuestro.