La OTAN amplía su frontera con Rusia 1.300 kilómetros con la incorporación de Finlandia

La adhesión de Finlandia constituye un importante revés para el dictador ruso Vladímir Putin, que antes de la invasión de Ucrania denunciaba precisamente la expansión de la OTAN. La entrada de Finlandia en la organización significa también que tiene ahora más de 1.300 kilómetros de frontera con Rusia, cuando hasta ahora solo existía un contacto geográfico limitado al enclave ruso de Kaliningrado y una pequeña franja de terreno en el norte de Noruega. Desde la disolución de la URSS, cuando Turquía limitaba con lo que hoy son los países del Caucaso (Armenia, Azerbaiyan y Georgia), la OTAN no tenía tanta frontera compartida con su principal adversario.

Después de la invasión rusa de Ucrania, el ingreso de Finlandia ha sido apoyado por más del 80% de la población, lo que ha puesto fin a décadas de férreo anclaje en una posición de neutralidad. Se trata probablemente del proceso más rápido que haya seguido un país para ingresar en la OTAN, ya que la invitación formal se produjo el pasado verano.

En el lado negativo de la moneda, esa rapidez, forzada por la amenaza rusa, ha dejado atrás a Suecia, otro país que cambió súbitamente su preferencia por la neutralidad el año pasado, y que debería haber seguido el mismo proceso y a la misma velocidad, de no haber sido por el veto de Turquía y de Hungría, también miembros de la OTAN, que han intentado chantajear al gobierno de Estocolmo con asuntos bilaterales que no tienen nada que ver con la guerra ni con la defensa. Haavisto hizo un guiño a sus vecinos suecos al decir en ese momento que su próxima misión «es contribuir a traer aquí también el protocolo de adhesión sueco».

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, advirtió que ahora Rusia estaría «observando de cerca» lo que sucede en Finlandia y describió la ampliación de la OTAN como una «violación de nuestra seguridad y nuestros intereses nacionales».

Al inicio de la reunión de ministros de Exteriores aliados en Bruselas, Stoltenberg dijo que el ingreso de este país «hará que Finlandia sea más segura y la OTAN más fuerte». Según el secretario general, «Putin justificó su invasión ilegal de Ucrania porque decía querer tener menos OTAN a lo largo de sus fronteras pero está consiguiendo exactamente lo contrario».

Blinken llegó a decir que después de todo «me dan ganas de decir que esto es quizás lo único que podemos agradecerle a Putin porque una vez más ha precipitado algo que decía querer evitar con la agresión de Rusia».

La Rusia soviética invadió Finlandia en noviembre de 1939 con el pretexto de obtener beneficios territoriales para establecer una zona de protección para la ciudad de San Petersburgo, que entonces se denominaba Leningrado.

Aunque los dos países firmaron un acuerdo de paz al año siguiente, Finlandia tuvo que ceder una parte de su territorio, la más rica. En 1941, Finlandia se unió a Alemania para participar en la invasión de la URSS, lo que terminó con la pérdida de Carelia por parte de los finlandeses. En la época de mayor expansión de la URSS, se consideró que el Kremlin tenía planes para anexionarse la totalidad de Finlandia, como decimosexta república soviética. Por ello el gobierno de Helsinki tuvo que asumir un papel neutral durante toda la Guerra Fría. Ese estatuto forzado inicialmente por las presiones soviéticas y apoyado por la población de forma mayoritaria, ha terminado oficialmente con su adhesión a la OTAN, otra vez para prevenir un nuevo ataque ruso.

Aunque Stoltenberg se mostró optimista sobre las posibilidades de Suecia de unirse a la alianza en un plazo breve, al publicar un mensaje en el que decía que sería «en interés de todos», Turquía no ha indicado si aprobará el acceso de Suecia a la OTAN.

Ankara mantiene firme su oposición a la membresía de Suecia. El líder turco Tayip Erdogan ha advertido que no levantará su veto a menos que el país extradite a los «terroristas» kurdos refugiados en su territorio, algo que Estocolmo ha dicho que no puede hacer. La solución podría venir después de las elecciones