Milei pone en pausa su acercamiento a China tras la victoria de Trump

A simple vista, esta semana pareciera estar repleta de buenas noticias para Milei en el plano internacional. Este martes el Gobierno ha estrenado embajador en Estados Unidos, ya que Alejandro Oxenford asume formalmente el cargo en el lugar que quedó vacante luego de que Gerardo Werthein dejara el puesto para ponerse al mando del ministerio de Relaciones Exteriores - del que fuera despedida la excanciller Diana Mondino tras haber votado en contra del embargo a Cuba en una asamblea de la ONU-.

La agenda del jefe de Estado incluye en estos días una sucesión de reuniones con figuras de peso a nivel global: este jueves se concretará el anhelado encuentro entre Milei y Donald Trump en el marco de la cumbre dela CPAC en Estados Unidos, en la cual el mandatario será el orador estrella. De regreso a Buenos Aires, el argentino recibirá a su par francés, Emmanuel Macron, en un encuentro que dará que hablar a ambos lados del Atlántico. A esto se añade que este martes, Donald Trump se refirió a Milei como su «presidente favorito» y que el economista fue felicitado también por el empresario tecnológico Mark Zuckerberg, quien anunció sus planes para avanzar en la inteligencia artificial en Argentina.

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No obstante, y si bien la imagen del presidente va ganando peso en el mundo, no todas son buenas noticias para la Casa Rosada, que en las últimas semanas hizo grandes esfuerzos por corregir sus vínculos con China, uno de los principales socios comerciales del país suramericano. Si bien recientemente Milei llevó a cabo un llamativo cambio de discurso para congraciarse con el gigante asiático –luego de haber dicho hace un año que no haría negocios con comunistas-, este acercamiento a China ahora lo ubica en una situación complicada con Trump, que ve con recelo ese vínculo. Del manejo de esta delicada cuestión en las próximas semanas dependerá no solo la relación de entre la Casa Rosada y la Casa Blanca, sino también los intercambios comerciales con ambos países.

El Gobierno argentino tenía previstos dos movimientos para aceitar los vínculos con Pekín: un viaje de la hermana del mandatario y secretaria de Presidencia, Karina Milei, a China en los próximos días y la visita del jefe de Estado en persona en el mes de enero para encontrarse con su par chino, Xi Jinping. No obstante, según la prensa local, ambas giran han sido puestas en pausa una vez que se confirmó la reunión del mandatario con Donald Trump.

Según la prensa local, este desaire empieza a ser visto con malos ojos por China que, en lo que va de la gestión de Milei, ya ha debido soportar varios desajustes diplomáticos luego de que el presidente asegurara que no haría negocios con este país y la excanciller, Diana Mondino, tuviera unas declaraciones desafortunadas en los medios al decir que los chinos «son todos iguales».

La Casa Rosada deberá ahora afinar su ejercicio diplomático para obtener el deseado equilibrio entre el discurso presidencial y la desesperada necesidad de inversiones. Posiblemente, la primera y desafiante tarea del flamante canciller, Gerardo Werthein, que se estrena en el cargo con un potencial nuevo conflicto –otro más- a las puertas del Gobierno.