Once muertos en el incendio en el albergue para discapacitados en Francia
El incendio ha tenido lugar en una granja que hacía de albergue en la localidad de Wintzenheim; hay dos personas sin localizar
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En una Francia amedrentada por la violencia suburbana, la fronda inflamable de policías y gendarmes y los azares inflamables de la meteorología, el incendio de un albergue para personas discapacitadas de condición muy modesta, en Wintzenheim (Alsacia), al este de Francia, es percibido como una ... amarga nota trágica, ensangrentada. «» –
A primera hora de la tarde del miércoles, bomberos y gendarmes creían haber localizado los cuerpos de 11 víctimas. Ya estaba confirmada la muerte de 8 personas y de 3 a 5 desaparecidos. Pero se temía un balance final más dramático.
Según las fuentes policiales, el incendio estalló poco después de las seis de la mañana, por razones mal esclarecidas, en el primer piso de una antigua granja, habilitada en albergue para personas discapacitadas, que tenía para recibir a una quincena de personas, pero había recibido de 25 a 30, según las fuentes.
El incendio pudo ser controlado muy rápidamente y diecisiete personas pudieron ser evacuadas con relativa rapidez, para recibir reconocimiento de urgencia en varios hospitales de la región.
La granja de 500 metros cuadrados reconvertida en albergue para discapacitados había sido alquilada por dos asociaciones humanitarias, «Oxygène Vacances Adaptées» y «AEIM-Adapei», que tienen su sede en Nancy (285.000 habitantes), en el departamento de la Meurthe-et-Moselle, en el Este de la nación, y están especializadas en organizar vacaciones para discapacitados físicos y mentales.
A primera hora de la tarde del miércoles, los orígenes del incendio se percibían trágicamente confusos. De entrada, la policía estima que el fuego pudo propagarse tras varias horas de descuido de un modesto fuego mal apagado, que pudo terminar cobrando proporciones dramáticas, como consecuencia de descuidos y «disfuncionamientos».
Las organizaciones humanitarias responsables de cuidar a los discapacitados no deseaban hacer comentarios. La propietaria de la granja reconvertida en albergue, residente a poca distancia de la granja, fue interrogada largamente por la policía, intentando comprender la propagación trágica del fuego.
El carácter «absurdo» del incendio y la modestia de las víctimas, y sus familiares, mayoritariamente ausentes, también, fueron percibidos pronto como un drama nacional.
La clase política, de la extrema izquierda a la extrema derecha, reaccionó pronto al unísono, manifestando su dolor y emoción, dirigiendo vibrantes declaraciones de solidaridad con las víctimas y sus familias. Élisabeth Borne, primera ministro, no tardó en trasladarse a Wintzenheim para rendir homenaje, así mismo, a los bomberos y gendarmes que participaron con rapidez en la extinción del fuego y el rescate de las víctimas.
Emmanuel Macron, por su parte, hizo público un comunicado insistiendo en el duelo y la solidaridad nacional con las víctimas y familiares.
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