Once años del inicio de la guerra en Siria: 350.000 muertos y seis millones de refugiados

El encuentro de hoy en Teherán entre Putin y los líderes de Irán y Turquía confirma el papel de las tres potencias en la victoria casi completa de Assad

Vladímir Putin viaja hoy a Teherán para reunirse con los presidentes iraní y turco, en una excepcional escapada del cuartel general desde el que pilota la guerra de Ucrania que pone de relieve la importancia del encuentro. Más allá de del acercamiento a Erdogan, ... el líder ruso quiere demostrar una especial sintonía con Irán, el otro gran régimen 'paria' mundial para Occidente. Y de paso poner de relieve que las tres potencias que se reúnen hoy en Teherán son las vencedoras virtuales de la guerra civil en Siria, pese a que esta no haya concluido oficialmente.

Más de once años después del comienzo del conflicto armado, detonado por la llamada Primavera Árabe, las cifras tienen niveles apocalípticos. La guerra civil en Siria ha producido alrededor de 350.000 muertos -según la estimación de varios informes-, más de seis millones de refugiados en países vecinos, la mayoría en Turquía y el Líbano, y siete millones de desplazados internos, en una población que en vísperas del conflicto rondaba los 22 millones.

El régimen dictatorial de Bachar al Assad controla la mayor parte del país, gracias a la ayuda militar de Rusia -que entró en el conflicto en 2015- y de Irán, que aduce como argumento el carácter chií de la minoría religiosa siria que apoya al tirano.

En el norte, las fuerzas de la minoría kurdo-siria controlan un territorio al este del río Éufrates, gracias básicamente a la ayuda norteamericana. Su situación es especialmente precaria no por la presión militar de Damasco sino por la de Turquía, que teme la constitución de un territorio kurdo independiente en Siria que dé alas a los secesionistas kurdos vecinos. Erdogan quiere llevar a cabo nuevas incursiones militares turcas contra los kurdo-sirios, y en el encuentro de hoy Rusia e Irán tratarán de frenar sus impaciencias.

En en noroeste de Siria operan variados grupos yihadistas suníes rebeldes, en ocasiones enfrentados entre sí. Algunos cuentan con la ayuda de Turquía, que además controla zonas desmilitarizadas de la zona.

Pese a la pérdida en 2018 del territorio que convirtió en 'califato', el grupo yihadista Estado Islámico (Daesh) sigue siendo un actor en la guerra civil siria, donde se limita a actuar como célula terrorista. Su actividad está bajo la lupa de los servicios de inteligencia de Israel y de EE.UU., que en febrero abatió a uno de sus líderes. La caída del 'califato' -que tenía su capital en Raqa y comprendía también territorio en Irak- fue el punto de inflexión para que el presidente Trump ordenase la salida de las tropas de EE.UU., política que ha seguido Biden. Como consecuencia, la mayor parte de Siria está a merced de Rusia, que cuenta con dos grandes bases militares en el país, e Irán, mientras Turquía ejerce su hegemonía en el norte para tener bajo control a los kurdos.

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