Oleada de dimisiones en la Fiscalía de EE.UU. por la orden de la Administración Trump de retirar los cargos contra el alcalde de Nueva York

Esa fiscal de Nueva York, Danielle Sassoon, colocada en el puesto de forma interina hace pocas semanas por la Administración Trump, realizó la extraordinaria acusación de que la defensa de Adams y un alto cargo de la máxima confianza del presidente de EE.UU. buscaban un inadmisible 'quid pro quo', es decir, un intercambio de favores: la retirada de cargos a Adams a cambio de que el alcalde se alineara con la mano dura en inmigración que busca Trump. Después, el Departamento de Justicia de Trump trató de que la retirada de cargos se ventilara desde esa otra sección de la fiscalía en Washington, lo que fue respondido con cinco dimisiones de fiscales de carrera.

Adams, un demócrata que se juega su reelección este noviembre, se ha acercado de forma progresiva a Trump en los últimos meses, en especial tras su imputación del pasado septiembre. Este enero, visitó al entonces presidente-electo en su residencia de la costa de Florida, fue invitado después a la investidura en Washington y a un evento religioso poco después. Y, sobre todo, se mostró abierto a cooperar con Trump en su política dura contra la inmigración ilegal, en una ciudad en la que la presencia de inmigrantes indocumentados se ha disparado en los dos últimos años, un fenómeno que ha ahogado las arcas municipales.

La semana pasada, de forma sorprendente, el 'número dos' interino del Departamento de Justicia, Emil Bove, ordenó a la jefa interina de la fiscalía de Nueva York, Danielle Sassoon, que eliminara los cargos contra Adams. Las razones para una petición tan poco corriente eran que la imputación podía interferir con el proceso electoral municipal -aunque hay un espacio de nueve meses entre la presentación de cargos y las primarias electorales- y que podría limitar a Adams en el desempeño de sus funciones como alcalde, en especial, las relacionadas con el combate contra la inmigración ilegal.

«Siempre he considerado que es mi obligación buscar la justicia de manera imparcial, sin favor a los ricos o a los que ocupan cargos públicos importantes, o sin trato duro para los menos poderosos», escribió Sassoon a la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi en una carta, en la que argumenta que las razones de Bove para desestimar los cargos no tienen «no puedo en buena fe defender como de interés públicos o con consistencia con los principios de imparcialidad y justicia que guían mi toma de decisiones».

Sassoon es una fiscal de carrera, de credenciales conservadoras. Pertenece a la Federalist Society, una organización legal conservadora, y en su día fue asistente del que fuera juez del Tribunal Supremo Antonin Scalia, que fue hasta su muerte uno de los grandes referentes judiciales del conservadurismo de EE.UU. Bove es uno de los abogados personales de Trump que le defendieron en las cuatro causas penales que enfrentó antes de ganar la presidencia y que ahora el presidente ha colocado como altos cargos del Departamento de Justicia.

En la carta Sassoon pidió a la fiscal general Bondi que el Departamento de Justicia reconsiderara la orden de retirada de cargos a Adams, que después tiene que ser aprobada por el juez del caso. De lo contrario, presentaría su dimisión, algo que acabó por producirse.

Para conseguir que la orden de retirada de cargos se cumpliera, Bove trasladó el caso a la sección de Integridad Pública del Departamento de Justicia, que se encarga de casos de corrupción en representantes públicos. Los dos fiscales a cargo de esa sección, Kevin Driscoll y John Keller, presentaron su dimisión como respuesta a la orden. Poco después, otros tres fiscales de la misma sección tomaron el mismo camino.

Pocas horas después de conocerse la dimisión de Sassoon, Adams anunció que aprobaría una orden ejecutiva por la que permitirá a las autoridades migratorias entrar en la cárcel de la isla de Rikers, el principal centro penitenciario municipal de Nueva York para realizar arrestos de inmigrantes indocumentados. Ocurrió después de que Adams se viera con el llamado 'zar de frontera' de Trump, Thomas Homan.