El Príncipe Guillermo se enfrenta a su gran prueba como heredero
Con su mujer convaleciente, tres hijos a su cargo y Carlos III enfermo de cáncer, el Príncipe de Gales da un paso al frente antes de lo previsto. Cuenta con su alta popularidad entre los británicos, pero tiene en contra la crisis institucional en ciernes y las tensiones con su hermano Enrique
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Corresponsal en Londres
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Iniciar sesiónHace sólo dieciocho meses, poco antes del fallecimiento de la Reina Isabel II, el príncipe Guillermo y su esposa, Catalina, se mudaron de su apartamento en el Palacio de Kensington a Adelaide Cottage, una vivienda ubicada en los terrenos del Castillo de Windsor. Su ... objetivo era ofrecerle a sus tres hijos, Jorge, Carlota y Luis de Cambridge, una vida más tranquila y «normal», según apuntaron en su momento fuentes reales a la prensa local, en un entorno natural y más privado, alejado del bullicio de Londres. Además, con la mudanza, la familia pretendía acercarse tanto a la monarca, que también residía entonces allí, como a la familia de Kate, que vive en el mismo condado, a pocos minutos de distancia.
La cercanía con la soberana duró poco, ya que la entrada de los menores a su nuevo colegio prácticamente coincidió con el fallecimiento de Isabel II en septiembre de 2022. Entonces, Carlos III ascendió al trono y Guillermo se convirtió en el primero en la línea de sucesión. Nadie imaginaba que un año y medio después, el heredero pasaría a estar con los ojos de los británicos sobre él, tras el diagnóstico de cáncer de su padre, que fue comunicado públicamente por el Palacio de Buckingham el pasado 5 de febrero, una semana después de que el monarca se sometiera a una intervención para tratar el agrandamiento de próstata que padece. Las fuentes reales se apresuraron a aclarar que el cáncer no es de próstata, pero no dieron más información. Tampoco la ofrecieron sobre la dolencia por la que la princesa de Gales fue sometida a una cirugía abdominal en las mismas fechas que la obligó a estar ingresada dos semanas en el hospital y que la mantendrá alejada de los actos públicos al menos hasta después de la Pascua.
Guillermo, que había tomado la decisión de anteponer el cuidado de su mujer y sus hijos liberando su propia agenda, retomó no obstante, de forma casi inmediata, sus compromisos sólo dos días después de que su padre, de 75 años, empezara el tratamiento contra el cáncer, durante el cual, según un comunicado oficial, pospondrá sus deberes públicos, aunque continuará con sus otras labores como jefe de estado que no requieran que esté de cara al público, como las reuniones privadas y las cuestiones administrativas. El mensaje para Guillermo de que la «familia está antes que el trabajo», evolucionó hacia la decisión opuesta: trabajar más, precisamente, porque el familiar más relevante desde el punto de vista operativo, está enfermo.
El Príncipe Guillermo, sobrepasado por los cuidados a Kate Middleton y el cáncer de su padre
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Así las cosas, en medio de esta crisis de salud e institucionalidad que sufre la Familia Real británica, con dos de sus miembros senior retirados temporalmente, y el temor a que la condición del Rey empeore, el papel de Guillermo será cada vez más importante y además es posible que, dentro de su preparación por lo que pueda venir, su traslado a Windsor se vea trastocado por los acontecimientos. Lee Thompson, secretario de comunicaciones de los Príncipes de Gales, considera que mientras Carlos recibe tratamiento, el Príncipe «puede asumir algunas responsabilidades en nombre del Rey además de su propia agenda de compromisos».
Pero el retorno a las responsabilidades oficiales propias, y a las que tenga que asumir en representación de su padre, se suman a la preocupación de tener a su esposa y a su padre enfermos al mismo tiempo. Pero no tiene más opción quedar un paso al frente. «Con la Princesa de Gales sometiéndose a una cirugía abdominal y estando fuera de la mirada pública, creo que seguramente los focos se centrarán en el Príncipe Guillermo«, considera la periodista especializada en temas reales Elizabeth Holmes, quien apunta que la Reina Camilla también tiene una agenda llena en medio de este momento tenso para La Firma, como se autodenoniman los «royals» británicos.
Otro problema añadido para el heredero es el de su hermano Enrique. El menor de los hijos de Carlos y Diana, que vive en California con su esposa, Meghan Markle, y sus dos hijos pequeños, tomó un vuelo a Londres tan pronto como se enteró del diagnóstico de su padre. La visita fue corta. Si poco antes de las 3 de la tarde se le vio entrar a la residencia donde estaba el Rey, a las 4 el monarca y su esposa fueron fotografiados cuando salían camino de su casa de Sandringham. Enrique durmió en un hotel de la capital en lugar de una de las múltiples residencias reales y se marchó al día siguiente, sin haberse reunido con su hermano, con quien no ha estado en contacto durante un período prolongado debido a las acusaciones del duque de Sussex contra la familia real en una entrevista con Oprah, un documental de Netflix y su libro de memorias.
La mala relación entre los dos no es un secreto para nadie, y sin duda es una preocupación añadida para el primogénito de Carlos, que a sus 41 años está viendo cómo aparece en unos medios que incluso están ya haciendo conjeturas sobre cuál será su nombre cuando ascienda al trono, algo con lo que, según han comentado fuentes reales a la prensa local, Guillermo no contaba en el corto plazo. No porque no sea consciente de su responsabilidad, ni tenga miedo de asumirla, sino principalmente por su deseo explícito de ser un padre presente para sus hijos. Su principal desafío ahora es encontrar un balance entre su papel de padre de tres niños, esposo de una mujer convaleciente e hijo de un padre con cáncer, con el de papel que la historia le reservó como heredero al trono de Inglaterra.
El Príncipe Guillermo está enfrentando una «prueba de su carácter», según opinó el comentarista real Richard Fitzwilliams a 'The Independent': »Momentos como estos ponen a prueba, supongo, el carácter. Sin duda, esto es muy difícil. Carlos, su padre, y Catalina, su esposa, enfermos; luego, por supuesto, el asunto con Enrique es serio porque no confía en él», dijo. Fitzwilliams se unió a otros observadores reales que expresaron su esperanza de que la familia real se una en este momento difícil. «En una crisis, las familias deberían estar juntas», aseveró.
Fitzwilliams destacó que es difícil predecir qué hará la familia real exactamente en los próximos meses y en el nuevo escenario porque «ellos mismos establecen sus propias reglas» y porque «no hay precedentes en cuanto a lo que está sucediendo».
A su favor, Guillermo tiene a la opinión pública, ya que según las encuestas es el miembro más popular de la familia real, a la que no le ha dado dolores de cabeza como su hermano o su tío Andrés. La más reciente de YouGov lo muestra con un 77% de aprobación.
Mientras tanto, de lo que no hay planes aún es de nombrar Consejeros de Estado para actuar en nombre del Rey Carlos III. Los Consejeros de Estado son miembros de la familia real que pueden cumplir con deberes constitucionales en nombre del monarca si este se encuentra inhabilitado por algún motivo. «Guillermo hará lo mejor que pueda, pero el Rey querrá continuar con sus deberes de la mejor manera posible» y »si él queda incapacitado, hay cuatro consejeros disponibles para llevar a cabo sus deberes«, comentó Fitzwilliams a la revista 'Time'. Por ley, estos son el cónyuge del soberano y las cuatro primeras personas de más de 21 años en la línea de sucesión, que en este caso son la Reina, el Príncipe Guillermo, el Príncipe Enrique, el Príncipe Andrés y su hija la Princesa Beatriz. Pero como los tres últimos no tienen un papel público, la Ley de Regencia fue modificada en 2022 para agregar al Duque de Edimburgo y a la Princesa Ana a la lista, asegurando así que nunca sea necesario recurrir a miembros de la realeza no activos.
El comentarista real Robert Jobson cree que, aunque el próximo período «será difícil», Guillermo «es más que capaz de dar un paso adelante y hacer lo que tiene que hacer», y dijo a 'The Telegraph' que el joven cuenta con «buena salud, experiencia e inteligencia». »No hay duda de que estará preparado, se ha estado preparando toda su vida», señaló, y añadió que irá paso a paso enfocándose en sus tareas más importantes: «En primer lugar, asegurándose de que su esposa y su familia estén bien» y «en segundo lugar, apoyando al Rey con los deberes oficiales». Guillermo resolverá «lo que tiene frente a él en lugar de preocuparse por el panorama general», zanjó.
Ingrid Seward, que ha escrito 17 libros sobre la realeza, señaló por su parte a la prensa local que «la Institución debe estar antes que la familia inmediata». «Es cuestión de deber primero, algo que su abuela, la difunta Reina, siempre inculcó en Guillermo». Sin embargo, con la bendición del Rey, ha podido darle prioridad a su familia. »Recuerdo que Carlos dijo que estaba decidido a que Guillermo disfrutara de su familia antes de asumir demasiadas responsabilidades reales. Él siente que eso es lo mínimo que Guillermo debería tener, el poder disfrutar de su familia antes de asumir ese papel».
De momento, el Príncipe de Gales planea contratar al exdiplomático Ian Patrick, miembro de la Orden del Imperio Británico por su trabajo en el mantenimiento de la paz internacional, como su secretario privado, en medio de una reestructuración del equipo del Palacio de Kensington para darle apoyo, aunque algunas fuentes enfatizan que no asumirá un gran número de compromisos del Rey, para no realizar cambios drásticos en la imagen pública de la Monarquía antes de que sea realmente necesario. Como dijo un asistente de palacio: «El Rey sigue siendo el Rey».
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