250.000 euros por un pasaje: así es el viaje para visitar los restos del Titanic
La empresa ofrece pasajes junto a la tripulación por 250.000 dólares por persona
Desaparece en el Atlántico un sumergible utilizado para llevar turistas a ver los restos del Titanic
Sigue en directo las novedades del sumergible desaparecido en aguas del Atlántico
El submarino desaparecido en el Atlántico
Ya durante la segunda mitad del siglo XX, el explorador e investigador francés Jacques Cousteau supo identificar el deseo del ser humano de conocer el mundo submarino y satisfacerlo con sus míticos documentales. Si a esa curiosidad por los misterios del fondo oceánico se une ... la fascinación ejercida por el hundimiento del Titanic, el resultad es uno de los sueños de parte del planeta: visitar los restos del legendario transatlático.
Para dar respuesta a esta voluntad, algunas compañías organizan viajes para turistas al pecio, que se encuentra a una profundidad de 3.800 metros y a una distancia de 600 kilómetros de las costas de Newfoundland (Canadá). Una de las pocas empresas que realizan estas travesías es OceanGate Expeditions, que este lunes ha reconocido la desaparición de uno de sus sumergibles en aguas del Océano Atlántico.
Los periplos de esta firma comenzaron en 2021 con el objetivo de monitorizar anualmente el deterioro del icónico buque y, además de arqueólogos y biólogos marinos, transportan turistas que deseen participar de esta experiencia por el precio de 250.000 dólares por persona. El número máximo de personas por misión es de cinco, más allá de la tripulación.
El viaje en barco, que dura ocho días, parte de San Juan de Terranova (Canadá) y llega en la tercera jornada a las inmediaciones del Titanic. En función del estado del mar, ese es el momento del inicio de las inmersiones. Antes del descenso, los participantes que se surgirán en esa primera exploración suben a Titán, el sumergible de OceanGate, con capacidad para cinco personas.
La bajada dura alrededor de dos horas en las que los pasajeros asistirán al piloto con las comunicaciones y el seguimiento y tomarán notas para el equipo científico sobre lo que ve fuera de la ventana. Una vez en el fondo, se alcanza el ansiado destino: el RMS Titanic. Allí, el experto a bordo explica a los viajeros las principales características del barco antes del ascenso. La dinámica se repite durante varios días, y el regreso a San Juan de Terranova se realiza en la séptima jornada.
Con capacidad para cinco personas, Titán tiene unas dimensiones de 6,7m x 2,8m x 2,5m y puede proporcionar soporte vital durante 96 horas a sus tripulantes. Viaja a una velocidad de tres nudos y se usa habitualmente en labores de supervisión e inspección, búsqueda y recolección de datos y pruebas de hardware y software en las profundidades marinas.
Para poder participar en una de estas misiones, de acuerdo con la propia compañía, es necesario tener al menos 18 años en el momento del inicio, disponer de un pasaporte y los documentos necesarios para entrar en Canadá, ser capaz de vivir a bordo de una nave y de viajar en zódiac. Además, es necesario sentirse cómodo en ambientes dinámicos y gozar de fuerza, equiulibrio y flexibilidad.
Además de los turistas, en la nave viajan también algunos expertos de la compañía: Ph Nargeolet, David Concannon, Rory Golden, Scott Parazynski, Steve W. Ross y Bridget Buxton. Al frente de la empresa, como CEO, se encuentra Stockton Rush.
Este año, inicialmente solo había prevista una misión en junio, la que está actualmente en marcha, debido a las complicadas condiciones del mar, pero había dos más programadas para junio de 2024.
Otras empresas
La empresa Blue Marble Private también ha realizado viajes para visitar los restos del transatlántico, por los que cobraba en el momento del lanzamiento, en 2018, 105.129 dólares por persona, el equivalente al pasaje del viaje inaugural del Titanic en 1912 (4.350 dólares) considerando la inflación desde entonces.
Las expediciones partían entonces desde Newfoundland, donde un barco recogía a los turistas para trasladarlos a las inmediaciones del pecio. Duraban también ocho días, en los que los viajeros colaboraban con los especialistas y disfrutaban de inmersiones durante tres jornadas, cada una de ella de al menos tres horas. Sin embargo, la compañía no ofrece ahora información sobre estas travesías.
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