La embajadora de Venezuela, Gladys Gutiérrez, es criticada por ejercer varios cargos
La ONG Transparencia Venezuela denuncia que la diplomática aún firma sentencias como magistrada del Tribunal Supremo de Justicia
El opositor Edmundo González debuta en los feudos caraqueños del chavismo

La nueva embajadora de Venezuela, Gladys Gutiérrez, aparece presentando sus credenciales ante el Rey Felipe VI y al mismo tiempo firmando sentencias como magistrada del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), lo cual viola la Constitución y las leyes nacionales, denuncia la ONG Transparencia ... Venezuela.
Al parecer, la diplomática, que ha sido dos veces presidente del TSJ, y también ha ejercido en un par de ocasiones la legación venezolana en Madrid, no ha querido perder su cargo de magistrada. O, como dice Transparencia, no ha querido «quedarse sin el chivo y sin el 'mecate' (cuerda)», según reza el refrán criollo.
«Es la tercera vez que el TSJ le permite a Gladys Gutiérrez ejercer otro cargo remunerado sin perder la condición de integrante de la más alta instancia legal en Venezuela», afirma la ONG anticorrupción. El no haber cortado el cordón umbilical entre España y el poder judicial venezolano ha convertido a Gutiérrez en «una experta en ir y volver» a su antojo.
«La funcionaria no tuvo que renunciar a su silla en la Sala Constitucional para asumir como embajadora de Venezuela en España, porque la Sala Plena del TSJ le concedió un nuevo permiso para desempeñar sus funciones diplomáticas. Así lo anunció la Sala Constitucional, instancia encargada de interpretar la Constitución venezolana en su sentencia número 208, de fecha 17 de mayo de 2024», señala la oenegé.
La decisión del TSJ de permitir a Gladys Gutiérrez desempeñar otro cargo en la Administración pública, sin renunciar a su puesto en el máximo juzgado o sin perderlo automáticamente, va en contra de lo establecido en el artículo 148 de la Constitución de Venezuela.
El 26 de abril de 2022, la Asamblea Nacional chavista reeligió a la expresidenta del TSJ para un nuevo período de 12 años, y casi a dos años de esta cuestionada decisión (la Constitución sólo permite un período), Maduro escogió a la funcionaria como su embajadora ante el Gobierno español.
Desde su designación, Gutiérrez se convirtió en la mujer más poderosa de la judicatura nacional. En sus manos tomó las riendas del poder judicial, encabezando el TSJ, la Sala Constitucional y la Comisión Judicial. Este último es un órgano potente dentro del poder judicial por cuanto nombra y destituye a los jueces provisorios, temporales y accidentales, que son el 80% de los 2.200 jueces que hay en el país.
Un día antes de que saliera la sentencia de la Sala Constitucional anunciando su 'licencia', Gutiérrez completó su proceso de acreditación ante las autoridades españolas al entregarle sus cartas credenciales al rey Felipe VI, confirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado de prensa, acota la ONG.
Ramón Muchacho, director del portal digital La Ceiba, comentó en su editorial: «Gladys Gutiérrez, se aferra ilegalmente a sus «cambures» (cargos) a pesar de múltiples denuncias por parte de ONG como Transparencia Venezuela». «Gutiérrez representa la Venezuela que no queremos, la chavomadurista. La del personalismo y el desprecio a la ley y a las instituciones», añade. «Pero Gutiérrez nos sirve en bandeja de plata una gran oportunidad para comparar y contrastar su desfachatez y desparpajo con la actitud digna de muchas otras mujeres venezolanas, comenzando por María Corina y las demás Corinas», concluye.
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