Nixon: «Hay que patear el trasero de Allende»

La mano negra de Estados Unidos en la América Latina de los años 70 ha vuelto a agitarse al desclasificarse este material sonoro donde, según informa Efe, Nixon expresa su necesidad imperiosa de "patear el trasero" de Allende, el presidente socialista que prefirió pegarse un tiro antes de rendirse al golpe de Estado de Augusto Pinochet del 11 de septiembre de 1973.

La transcripción de las cintas se han difundido en la página web nixontapes.org. Su contenido lo ha dado a conocer en Chile el Centro de Investigación Periodística (CIPER). Firmado por el periodista Peter Kornbluh, éste da cuenta de la permanente injerencia de EEUU y su complicidad en atentados.

De acuerdo a esas conversaciones la CIA, que jugó un papel determinante en las dictaduras latinoamericanas de los años 70, intervino en el asesinato del comandante en jefe del Ejército chileno, el general René Schneider, cometido el mismo día de la investidura de Allende.

Nixon, que estuvo en la Casa Blanca entre 1969 y 1974, califica en las cintas a Chile de "Estado fascista". En su conversación con Kissinger, ex premio Nobel de la Paz, expresa su malestar por la decisión de Allende de nacionalizar las empresas estadounidenses de cobre en Chile y su temor a que se produjera un efecto contagio en los países vecinos. Así, advierte del "efecto en el resto de Latinoamérica" y reflexiona: va a ser malo para nosotros.

El presidente estadounidense le confía a Kissinger en el Salón Oval de la Casa Blanca: "Los americanos se mueren de ganas de que golpeemos a alguien en el trasero" y añade: Todo lo que hagamos con el Gobierno chileno será observado por otros gobiernos y grupos revolucionarios en América Latina".

Unos meses más tarde, el 5 de octubre de 1971, le comunica a Kissinger y al secretario del Tesoro, John Connally, su decisión: "He decidido remover a Allende... Todo vale en Chile. Golpeen sus traseros, ¿ok?". Kissinger responde con un escueto, "de acuerdo".

A lo largo de las grabaciones Kissinger lamenta que les atribuyan crímenes de los que no habían participado, como el del ministro Pérez Zukovic: Los hijos de puta nos están culpando a nosotros (...). Están culpando a la CIA".

"La CIA -continúa- es muy incompetente para hacerlo (...). Cuando trataron de asesinar a alguien -confiesa- tomó tres intentos (...) y después de eso vivió tres semanas", como sucedió con el general Schneider aunque en realidad fueron tres meses los que sobrevivió.