Nikki Haley culmina su capitulación ante Trump: «Tiene mi más fuerte apoyo, punto»
Haley se presentó en el escenario de la convención republicana en Milwaukee (Wisconsin) tras haber recibido la invitación de Trump en los últimos días
Culto a Trump en Milwaukee
La exembajadora ante la ONU y excandidata presidencial republicana Nikki Haley
Donald Trump ha pasado de ser el «caos» a la salvación de EE.UU. Así cerró este martes Nikki Haley, la principal rival del expresidente en las primarias republicanas de este año, su regreso al redil en un partido dominado con puño de hierro ... por Trump.
Haley se presentó en el escenario de la convención republicana en Milwaukee (Wisconsin) tras haber recibido la invitación de Trump en los últimos días, dentro de una campaña del candidato republicano para solidificar sus apoyos en los sectores moderados del partido -donde flaquea- y entre los votantes independientes.
«Debemos reconocer que hay algunos estadounidenses que no están de acuerdo con Donald Trump todo el tiempo», dijo Haley en el comienzo de su discurso, recibida por una mezcla de aplausos tibios y de abucheos aislados entre los miles de delegados e invitados a la convención. «Yo conozco a algunos y quiero hablarles esta noche. Mi mensaje para ellos es simple: no es necesario estar de acuerdo con Trump todo el tiempo. Sé lo que digo».
Trump estaba a pocos metros de ella, enfrente del escenario, sentado con su círculo más íntimo, entre ellos, su recién elegido candidato a la vicepresidencia, J.D, Vance. Sonrió y aplaudió con lentitud cuando Haley dijo que el que fue su rival en primarias tiene ahora «mi más fuerte apoyo, punto».
Era un anuncio que no sorprendió a nadie, dentro de una convención que busca mostrar a un partido unido con fiereza en torno a su líder. Haley, además, ya había dicho a finales de mayo, cuando ya había perdido las primarias, que votaría por Trump en noviembre. Hace unas semanas, anunció que liberaría a los delegados conseguidos en esas primarias para que votaran por Trump en la convención si así lo deseaban (todos lo hicieron).
La aparición de Haley en la convención tuvo una apariencia completamente transaccional. La exembajadora ante la ONU y exgobernadora de Carolina del Sur se convirtió en la opción preferida de los moderados republicanos que están espantados con la posibilidad de una nueva presidencia de Trump. A ellos buscó convencer para que voten al multimillonario neoyorquino: «Estoy aquí porque tenemos que salvar al país y un Partido Republicano unido es esencial para ello», dijo. «Por el bien de nuestra nación, tenemos que estar con Donald Trump».
Haley se tuvo que tragar un buen plato de sapos desde el escenario de MIlwaukee. En la campaña, defendió que Trump es alguien «que se rodea de caos», que no es el de 2016, que está «descontrolado», que no respeta al ejército de EE.UU, y que ha sido «débil» con el presidente de Rusia, Vladimir Putin. Además, Trump la cubrió de insultos, como «cabeza de chorlito», humilló a su marido militar, pronunció con recochineo su nombre original -Nimarata, de origen indio, como sus padres- y deslizó que no podía ser candidata a la presidencia por su origen inmigrante (algo falso, ya que Haley es nacida en EE.UU..
Haley dejó de lado todo eso, lo que le permite conservar opciones de futuro en el Partido Republicano. Y aprovechó para proyectar una idea del partido donde ella puede tener posibilidades de liderazgo: «Les digo a mis compañeros republicanos: no solo debemos unificar el partido, sino también ampliarlo. Somos mucho mejores cuando somos más grandes. Somos más fuertes cuando damos la bienvenido a gente con procedencias y experiencias diferentes».
Trump la despidió con un saludo leve con la mano, mientras entraba el siguiente invitado a dar discurso: otro rival en primarias, Ron DeSantis, gobernador de Florida. A finales de 2023, DeSantis parecía que podía tumbar a Trump, después del mediocre resultado de los republicanos en primarias. Pero el multimillonario neoyorquino se vio impulsado en las encuestas con la cascada de imputaciones que recibió en 2023 y acabó de rematar al rival a golpe de motes: 'Albóndiga Ron', 'Pequeño D', 'Ron DeSanturrón' o 'DeSastre', entre otros.
DeSantis entregó la cuchara en las primarias a las primeras de cambio y también buscaba este martes por la noche mantener opciones abiertas para una futura candidatura presidencial. Tendrá que esperar, al menos, cuatro años.