Nikki Haley crece como alternativa a Trump: logra el respaldo millonario de los Koch

La decisión de Americans for Prosperity Action -la plataforma fundada por los Koch, que agrupa a donantes millonarios y que impulsa y financia campañas de candidatos republicanos- es un jarro de agua fría para Ron DeSantis, el candidato que va segundo en las encuestas y que podría perder la condición de alternativa a Trump ante el empuje de Haley.

El gobernador de Florida, que llegó a superar a Trump en algunas encuestas hace un año, tras el resultado mediocre de los republicanos en las legislativas, se ha desinflado. Trump se ha disparado en las encuestas, beneficiado por la atención provocada por sus abundantes causas penales y por el apoyo de una base inquebrantable, mientras que él se ha mostrado como un candidato con poca conexión con el votante.

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Haley, que partía con pocas aspiraciones, ha sido la candidata con mejor desempeño en los debates entre candidatos -a los que Trump ha preferido no asistir- y está cerca de superar a DeSantis. Según los datos del acumulado de sondeos de FiveThrityEight, DeSantis ha pasado de tener un 30% de los apoyos en la pasada primavera -cuando Haley solo tenía el 5%- a algo menos del 13%. Mientras tanto, Haley, con un avance sostenido, se ha colocado en el 10%.

El apoyo de la red Koch podría ser determinante para confirmar el 'sorpasso'. La organización tiene presencia en multitud de estados -en especial, en los determinantes para las primarias-, un mecanismo de envío por correo de propaganda, un ejército de voluntarios y muchos millones en cartera que gastar en anuncios televisivos y digitales a favor de Haley.

Americans for Prosperity Action ya anunció el pasado febrero que no apoyaría a Trump como candidato a reconquistar la Casa Blanca. Entonces dijo que era el momento de «escribir un nuevo capítulo en nuestra historia, de pasar página respecto al pasado». En su opinión, Trump -y Biden- «solo perpetuarán la espiral hacia bajo de la política».

Su análisis es que la influencia de Trump ha forzado al partido republicano a elegir a candidatos perdedores y los hechos les dan la razón. Desde la llegada de Trump al poder en 2016, el partido perdió la Cámara de Representantes (2018), perdió la Casa Blanca y el Senado (2020) y recuperó por un margen mucho más escaso de lo esperado la Cámara Baja en 2022, además de perder carreras importantes a gobernador de estado.

Emily Seidel, asesora senior de Americans for Prosperity Action, explica en un comunicado interno a la organización que Haley es ahora «la mejor posicionada» para batir a Trump en primarias, además de la que tiene más posibilidades de batir a Biden en la elección general.

«En contraste con elecciones recientes dominadas por el equipaje negativo de Donald Trump», asegura Seidel, tener a Haley como nominada a la presidencia impulsaría candidatos republicanos en todas las carreras electorales y ganaría «votos independientes y moderados, donde Trump no tiene posibilidades».

Según Seidel, «nuestro país se está rompiendo por los dos extremos. El momento requiere a un líder testado con capacidad de juicio y experiencia en políticas que saque a nuestro país de esa situación. Nikki Haley es ese líder».

La campaña de DeSantis se apresuró a criticar el espaldarazo de la red Koch a Haley y defendió que «cada dólar» gastado en su campaña debería ser contabilizado como una «contribución en especie a Trump».

Es evidente que la pelea entre Haley y DeSantis beneficia a Trump, sobre todo si se llega a la temporada de primarias sin una alternativa clara a su liderato, con las fuerzas entre los aspirantes a segundo igualadas.

Con todo, su campaña tampoco tardó en sacudir a Haley y a la red de Koch, a la que calificó de «brazo político del movimiento 'China primero, EE.UU. último'».