Netanyahu acusa a su ministro de Defensa de propagar «retórica anti-israelí» en conversaciones filtradas

«Cuando Gallant adopta esta retórica anti-Israel daña las posibilidades de liberar a los rehenes. Lo lógico para él sería atacar al líder de Hamás Yahya Sinwar, quien se niega a enviar un equipo a las negociaciones y quien continúa representando el único obstáculo para alcanzar un acuerdo», estableció.

Respecto a su defensa de una «victoria absoluta», añadió que «es la única opción para Israel»: «Esto implica eliminar el ala militar de Hamás y sus infraestructuras gubernamentales y, finalmente, liberar a los rehenes». El comunicado concluyó estableciendo que alcanzar esta meta es también la labor del ministro de Defensa: «Esta es la directiva clara del primer ministro Netanyahu y está vigente para todo el mundo, incluyendo a Gallant».

Esta postura defensiva del primer ministro y sus aliados políticos se da a raíz de la revelación de declaraciones que Gallant había dado en privado, en las que consideró que la promesa de una victoria absoluta era «un disparate». Este apunte vino después de su declaración en la Knesset, el órgano parlamentario israelí, donde defendió que Israel no ha declarado la guerra a Hizbolá porque «las condiciones en octubre del año pasado no son las mismas que las de ahora».

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El enfrentamiento entre Netanyahu y Gallant ocurre tras meses de tensiones entre ambos, nacidas en gran parte de la postura crítica de Gallant sobre la falta de un «plan realista» una vez finalice conflicto en Gaza: «Debemos desmantelar los órganos gubernamentales de Hamás y establecer una alternativa mediante acción militar. Si no existe esta alternativa, solo quedan dos opciones para Gaza: la vuelta de Hamás al poder o una ocupación militar israelí», opinó, expresando que se oponía a esta última opción.

Voces a favor del cese de Gallant se han acentuado en los sectores más conservadores de la Knesset tras las declaraciones filtradas. Itamar Ben-Gvir, ministro de Seguridad Nacional y uno de los principales representantes de la ultraderecha israelí, ha pedido el despido de Gallant en varias ocasiones, argumentando que «fracasó en su labor el 7 de octubre y lo sigue haciendo». Gallant fue, de hecho, expulsado de su cargo por Netanyahu en marzo de este año, y regresó a él dos semanas después tras protestas en contra de su cese.

Ante las amenazas de un ataque iraní tras el asesinato del líder de Hamás Ismail Haniyeh en Teherán y una posible regionalización del conflicto en Gaza, el Gobierno de Netanyahu continúa en su búsqueda de «erradicar Hamás», estableciendo que esta será la única condición en la que se pondrá fin al conflicto. Tras una creciente demanda internacional de un acuerdo definitivo y la programación de negociaciones el 15 de agosto (a las que Hamás se ha negado a enviar delegados), el Gobierno de la coalición continúa anteponiendo sus ideales de una «victoria total» frente al alcance de un alto el fuego en Gaza.