Los miembros del «G-20», con un ojo en el Mundial

En los momentos previos al inicio de la cena que anoche ofreció el primer ministro canadiense, Stephen Harper, a sus invitados, el presidente de los EE.UU., Barack Obama, saludó a Zapatero y le deseó suerte a la selección española.

Eso, por no hablar de los gritos de euforia o decepción que se escuchan en el "exhibition center", donde están agrupados los más de 3.000 periodistas acreditados, cada vez que Alemania o Inglaterra marcan un gol o lo fallan en su partido de octavos de final.

A la espera de que los ministros de economía empiecen a comparecer a mediodía (Elena Salgado lo hará a las 18.00 hora de España), el partido entre dos viejas favoritas nestá siendo el tema de conversación... entre periodistas y también entre políticos.

Porque ayer Obama, en su bilateral con el premier británico, David Cameron, cerveza en mano, también hablaron del tema. De hecho, los organizadores canadienses han habilitado salas para que los mandatarios pudieran seguir en privado los partidos. Se desconoce si Merkel y Cameron han hecho uso de los mismos -a esta hora sigue la sesión de trabajo- o si, por el contrario, están siendo informados de la provisional victoria alemana por sus respectivos colaboradores.