Movilización de reservistas en España: «Juré con el Tanaj en el corazón y con un arma cuidar de mi pueblo»

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Andrés Gerlotti Slusnys

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En efecto. Nada hace pensar que el veinteañero al que preguntamos esté preparado para embarcarse camino de la guerra en cualquier momento. Es el caso de David (nombre ficticio pues quiere preservar su intimidad) que nos cuenta que al día siguiente viajará hasta Chipre para, desde allí, intentar llegar a Tel Aviv. «Ahora es muy difícil conseguir vuelos, todas las compañías han suspendido la conexión entre España e Israel», nos explica.

Tiene 25 años, es israelí y el ataque de Hamás le ha sorprendido en Madrid, donde había venido a visitar a unos familiares entre las festividades de Rosh Hashanah y Yom Kipur. David vive en Jerusalén, donde está estudiando, pero sabe que cuando consiga llegar a Israel, su destino será otro. Se incorporará al ejército, en la retaguardia. «Voy a unirme a mi pelotón para ayudar con nuestros vehículos, somos una unidad de morteros», nos explica.

Tranquilo al hablar, pero con rostro preocupado, no parece temer ese momento en que cambie la tranquilidad de las calles de Madrid por el peligro del frente. Al fin y al cabo, con 25 años ya ha cumplido los tres obligatorios de servicio militar para los hombres (dos en el caso de las mujeres). «No sé si veré mucha acción, pero siento que es mi obligación el poder ayudar a mi país en este momento, y me siento orgulloso de ello», concluye.

En el caso de Samuel su vinculación con el ejército es más evidente. A su estrella de David colgada en el pecho, se une la bandera de Israel con la que cubre su espalda, la chaquetilla militar y la gorra de su pelotón que lleva sobre la solapa. «Tengo doble nacionalidad, soy español, pero también serví en Israel», nos cuenta en referencia a su servicio militar. «Es una barbaridad lo que estamos viendo, que nos hiela la sangre, por eso estoy aquí, no podemos estar parados, esto no puede pasar, ni en Israel, ni en ninguna parte», explica en relación a las noticias de violaciones, asesinatos de civiles y de más de cuarenta bebés que se han ido conociendo conforme el ejército recuperaba las zonas atacadas por Hamás.

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«Siento mucha impotencia», señala Samuel, recurriendo a la palabra clave. «Me han llamado de la reserva pero, como no hay vuelos, no podemos viajar todavía. Trato de ayudar desde aquí todo lo que puedo», explica a ABC. «Mi mejor amigo está en el frente y hoy me enterado de que está en la zona de entrada a Gaza», añade. También reconoce que «apenas tenemos información, todo ha ocurrido muy de repente». «Ayer me enteré de que otro amigo ha fallecido en los ataques y ni siquiera lo pudieron enterrar en paz, sonaron las alarmas y todos los asistentes tuvieron que esconderse y tirarse al suelo».

Samuel también considera «un deber» acudir a esta llamada a los reservistas. «Durante mi servicio militar juré con el Tanaj en mi corazón y con un arma, prometiendo que iba a cuidar al pueblo y al estado de Israel y lo quiero hacer de verdad», añade mientras se lleva la mano al pecho. El joven hace referencia al juramento de los militares israelíes, en que eligen el libro sagrado que les acompaña, el Tanaj, en el caso de los judíos, pero también la Biblia o el Corán si son cristianos o musulmanes. «Qué Dios nos proteja a todos, y esto es indiferente de si son judíos, musulmanes o cristianos, lo dijo el presidente Benjamin Netanyahu, somos un solo país, porque al igual que mueren judíos y secuestran judíos, han muerto árabes. Ayer mataron a un comandante del ejército que era druso, de origen árabe, de 40 años», ejemplifica.

Si consiguen sus vuelos, Samuel y David se unirán en pocos días al resto de 300.000 reservistas del Ejército israelí que han sido llamados a filas, en lo que supone, según la prensa local, «el reclutamiento más grande y más rápido jamás realizado».