El ministro de Seguridad Nacional israelí provoca a los palestinos: «Me encantaría vivir en Gaza»

Hace unos días, Benny Gantz, exjefe del Ejército, líder del Partido Azul y Blanco y miembro del gabinete de guerra, dio un ultimátum al primer ministro, Benjamin Netanyahu, para que haga pública antes del 8 de junio su estrategia para la guerra y el día después. Si el mandatario no aclara sus planes para ese día, su partido abandonará el Gobierno.

Ben Gvir aseguró en una entrevista al portal ultraortodoxo de noticias Kikar Hashabbat que le gustaría que la guerra se extendiera a toda la ciudad de Rafah, donde el Ejército israelí ha lanzado una operación militar para buscar a los líderes de Hamás.

Para el líder del partido Otzmá Yehudit (Poder judío), de signo sionista religioso y antiárabe, restablecer los asentamientos judíos en el enclave palestino «no es suficiente», por lo que sería necesario insistir en la «migración voluntaria» de los actuales habitantes de la Franja, informa EP. En ese sentido, defendió volver a la situación anterior a 2005, cuando Israel puso fin a 38 años de ocupación y retiró a sus tropas y a unos 7.000 colonos de Gaza después de una segunda y violenta intifada.

Tanto Ben Gvir -cuya formación obtuvo seis escaños en las elecciones legislativas israelíes de 2022 y forma parte del Gobierno de coalición- como Benny Gantz han ido en sus exigencias más lejos que Yoav Gallant, ministro de Defensa, que desafió en público a Netanyahu para pedirle que «tome una decisión y declare que Israel no ejercerá un gobierno civil en la franja de Gaza, que no se establecerá ninguna administración militar israelí en la zona y que se promoverá de inmediato un gobierno alternativo a Hamás».

Entretanto, el Gobierno de Qatar afirmó ayer que mantiene «comunicación» con Israel y Hamás para intentar relanzar las conversaciones para un alto el fuego, si bien reconoce «un estancamiento». El portavoz del Ministerio de Exteriores qatarí, Mayed al Ansari, aseguró a Al Yazira que «seguiremos mediando en Gaza y animando a la comunidad internacional a que los responsables de atacar a civiles rindan cuentas».