ANÁLISIS
Milei enfrentó a los argentinos ante el terror y ocurrió lo impensable
El presidente confrontó a los argentinos con el terror económico. Aseguró que sin un fuerte recorte del gasto público y de la emisión monetaria, la Argentina sufriría una inflación «del 15.000 % anual»
Milei asume la presidencia de Argentina: «Hoy comienza una nueva era»
Era inimaginable. Una multitud ha aplaudido y vitoreado al liberal Javier Milei cuando anunció que se implementaría un ajuste fiscal sin precedentes poco después de recibir la banda y el bastón que lo invistieron como presidente. La Argentina, donde la mitad de la población ... reciben algún tipo de ayuda estatal, ha dado un vuelco hacia una tierra desconocida. Milei anunció sufrimiento y recesión hasta ordenar las cuentas públicas. Y frente a sus seguidores hizo un grave silencio cuando pronunció la frase clave, «no hay plata». Entonces ocurrió lo impensable: el público celebró.
Milei dio su primer discurso como presidente en la explanada del Congreso, con el Rey Felipe a su derecha, entre otros mandatarios extranjeros donde sobresalía el ucraniano Volodímir Zelenski, a quien abrazó y prometió apoyo antes de dirigirse al público.
El presidente confrontó a los argentinos con el terror económico. Aseguró que sin un fuerte recorte del gasto público y de la emisión monetaria, la Argentina sufriría una inflación «del 15.000 % anual». Con gesto severo, Milei cuestionó al «populismo» y el «progresismo sensiblero», dijo que recibe un país «en la ruina» y comparó su asunción «con la caída del muro de Berlín».
Tradición, rota
La escenografía del acto quebraba la tradición argentina: no sonaban los bombos ni había alusiones a Perón. Los miles de personas que fueron a escucharlo gritaban «libertad, libertad». El presidente les contestó con la promesa de un trago amargo, describió una economía estancada, con «un 45% de pobres y 10% de indigentes», donde «más de seis millones de pibes se van a dormir con hambre y andan descalzos».
La crudeza del diagnóstico ha pretendido ganar aire frente al recorte de gastos que anunciará mañana mismo junto al ministro de Economía, Luis Caputo, en un contexto donde los sindicatos y los llamados «grupos piqueteros», alineados con Cristina Kirchner, ya anticiparon que confrontarán las medidas en las calles. No habrá luna de miel. Ante las amenazas, el nuevo presidente advirtió que les quitará la ayuda estatal a los manifestantes que corten el tránsito, una práctica cotidiana en la Ciudad de Buenos Aires. El desenlace del conflicto es impredecible.
Nunca antes un presidente elegido democráticamente en la Argentina había dado la espalda a la Asamblea legislativa en su discurso de asunción. Milei eligió hablar afuera del Congreso. Fue un gesto fundacional y disruptivo de un mandatario que durante la campaña atacó a los políticos tradicionales, a quienes llamó «la casta», y se hizo fuerte con vídeos de TikTok que llegaron a superar los dos millones de reproducciones.
Pero también fue una jugada irritante para los diputados y senadores que a partir de mañana comenzará a debatir lo que el nuevo gobierno llama la «ley ómnibus», un paquete de medidas que incluye la reducción de la administración pública, la liberalización de sectores de la economía, la flexibilización de los contratos laborales y la privatización de empresas, como la petrolera YPF. Con apenas un 15% de la Cámara de Diputados y 10% del Senado, Milei necesita respaldo para cosechar en la oposición los votos que le faltan. Aquellos aplausos al ajuste deben vencer la resistencia de los políticos.
Durante toda la campaña, Milei se identificó con la imagen de un león, tanto que llegó a convertirse en el emblema de su partido. Como la fábula de Esopo, ahora necesita quitarse de encima las espinas que la economía argentina le atraviesa en las patas y extender todo lo posible la resistencia al dolor que ayer pidió a sus votantes.
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