Merz y Macron comienzan la reconstrucción del eje franco-alemán

A los tres días de su triunfo electoral, el futuro canciller de Alemania hizo una visita relámpago a París, con una rapidez excepcional y sin precedentes desde hace varias décadas, para confirmar su confianza y esperanza bilateral y multilateral con la Francia de Macron.

Esa aspiración a la intimidad diplomática rompe con los años de Ángela Merkel y Olaf Scholz. Merkel comenzó por alejarse de la complicidad que existió entre las parejas que formaron Giscard d'Estaing y Helmut Schmidt, Mitterrand y Kohl. Scholz aceleró el alejamiento, transformando el antiguo eje en 'amistad privilegiada' con muchas diferencias de fondo sobre el futuro de Europa, su seguridad y defensa.

A los tres días de su triunfo, Merz inició un proceso de reconstrucción diplomática, bilateral y multilateral, europea.

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Días antes de su triunfo, el futuro canciller había anunciado su ambición de formar, con Francia, la matriz de un nuevo sistema de seguridad europea, que pudiera fundarse con el arsenal nuclear de Francia. Primicia histórica.

Tras su cena de trabajo, en el Elíseo, Merz anunció personalmente la gran ambición de fondo: «Juntas, Alemania y Francia pueden hacer grandes cosas para Europa y nuestro futuro común». Con una cordialidad infrecuente en los dirigentes alemanes de los últimos años, el futuro canciller felicitó calurosamente al presidente francés agradeciéndole su amistad y confianza en las relaciones franco-alemanes. Se trata de una ruptura importante con el comportamiento de su predecesor en la cancillería alemana.

Colofón palmaria de la reconstrucción en curso del empantanado eje franco-alemán, la respuesta común contra la agitacion y maniobras de la pareja Putin - Trump. El presidente francés y el canciller negociaron la noche del miércoles la respuesta bilateral y europea, contra las amenazas reales y potenciales del nuevo 'eje' Moscú - Washington.

«Ha empezado un nuevo capítulo de las relaciones franco-alemanas», informan en Berlín fuentes de la CDU. Al no ocupar Merz todavía el cargo de canciller, estas fuentes hacen las veces de la portavocía del Gobierno, una anomalía fruto del adelanto de su primer viaje al exterior.

Merz habla muy bien francés y cuenta con contactos de alto rango en el país vecino, que hizo en su etapa en el Parlamento Europeo, por lo que la conversación fue fluida y profunda. De niño participó en un intercambio estudiantil en Auvernia y fue de vacaciones frecuentemente a Francia con su familia. Todo esto ha ayudado a que estuvieran hablando tres horas y surgieran «muchos puntos de partida para iniciativas conjuntas».

Además del encuentro europeo del 6 de marzo, el inminente canciller alemán tiene prisa por ir esbozando con Macron asuntos de defensa y política energética. Subyacente a todo ello, además, está la posible reforma del Pacto de Estabilidad europeo, para flexibilizar las condiciones de endeudamiento de los países miembros.

Fuentes de la CDU aseguran que se respetan los protocolos y que nada se negociará formalmente hasta que Merz sea canciller, como fruto de una coalición que todavía no ha siquiera empezado a negociar, pero es evidente que Merz está dispuesto a prescindir de ciertas formalidades para agilizar la política alemana y la policía europea. A pesar de contar con un avión privado, voló a París en un avión de la Luftwaffe, de lo que se deduce que su viaje ha pasado el visto bueno necesario en la Cancillería de Berlín.