Merkel, reelegida al frente de la CDU

La canciller alemana es reelegida por una aplastante mayoría como presidenta del partido

AFP

ramiro villapadierna

La canciller federal ha cantado la "maravilla" y "milagro" del "made in Germany" antes de ser reelegida a la cabeza de la Unión Democristiana con un 90,4% de los votos. Angela Merkel repitió como un mantra nacional el concepto de "una Alemania fuerte" y ... la "reputación de la marca de Alemania" en el mundo, y obtuvo 10 minutos de aplausos. Pero no logró el respaldo del 95% que logró en el congreso anterior.

Se ponía así la venda ante las críticas a un auge exportador, calificadas de avaras por los socios de la UE y que no se compadecen con sus inversiones y demanda interna: "No vamos ahora a ser castigados porque los buenos productos 'Made in Germany' se exporten a todo el mundo", dijo sin empacho patriótico y entre mandobles a la oposición.

Presumió del descenso del desempleo, tras asumir la cancillería "con cinco millones de desempleados, ahora hay menos de tres millones", y recordó haber prometido "en el zenit de la crisis, sacar Alemania adelante. Hoy Alemania está mejor que casi todos los demás" y "se habla de un nuevo milagro alemán". "Pero no lo es, sino es algo que los alemanes, y la CDU en concreto, hemos logrado trabajando duro y en la dirección correcta".

Respaldo alemán al euro

De la recusada inacción alemana ante la crisis financiera y del euro, durante el pasado invierno, Merkel ha defendido cada paso ante el drama griego, por más que parecieran a muchos contradictorios o hasta malintencionados: "El buen europeo no es siempre el que actúa rápido, sino el que actúa con inteligencia" y aseguró el respaldo alemán a la moneda única como garantía de la paz en Europa. Sin embargo, y en una más de sus poco solidarias exteriorizaciones recientes, llegó a acusar al antiguo gobierno de haber permitido a Grecia el ingreso en el euro.

La canciller alemana Angela Merkel se ha presentado ante la Unión Democristiana, por primera vez sin baronías ni rivalidades internas, después de cinco años al frente de la primera potencia de la UE; acusa sin embargo el desgaste de un segundo mandato y busca ganar peso político y un relanzamiento ante las elecciones regionales en 2011.

Reina por fin en solitario, tras la dilución en su horizonte de Roland Koch, el hoy jefe del estado Christian Wulff o el fallido Jürgen Rüttgers, Angela Merkel necesitaba un sólido respaldo del congreso extraordinario de la Unión en Karlsruhe, donde la CDU encara una prueba de resistencia el año próximo tras décadas de omnipresencia.

Merkel justifica su caída de popularidad

Lo cierto es que, un año después de haber formado el que llamó su "gobierno natural" entre democristianos y liberales (FDP), ambos partidos y gobierno se encuentran preocupantemente a la baja y, todo ello, sin que haya ocurrido nada grave y la crisis haya perdonado especialmente a Alemania. Eso sí, sólo una pérdida de confianza y la sensación de falta de proyecto a la cabeza.

En una entrevista dominical al Welt am Sonntag, la canciller ha argumentado vagamente la caída de su popularidad por "el mal comienzo" de su gobierno hace un año, "las decisiones dolorosas" sobre el sistema de sanidad y a la crisis financiera, por más que el desempleo alemán ni se haya inmutado. Respecto a los problemas de salud de un peso pesado como su ministro de Hacienda, Merkel ha insistido en mantenerlo: "me encanta ser canciller con Schäuble en las finanzas", ha dicho a la ZDF.

Pero encuestas y analistas han reprochado sobre todo las pugnas internas en torno a promesas electorales de bajadas de impuestos, y recortes sociales, así como a una sensación de incompetencia en varios ministerios, especialmente liberales. Sin embargo, el mayor descontento proviene por el rescate alemán de las economías endeudadas del sur, un capítulo en que Merkel ha resultado torpemente vacilante y escasamente pro-europea.

Seis elecciones federadas

En puertas hay seis elecciones federadas, entre ellas en ésta región de Baden y Württemberg que la CDU presidía imperturbable desde 1958 y muchos esperan "una señal energizante" por parte de la canciller, que llegó hace 10 años a la jefatura sin ningún apoyo y hoy lo tiene todo en el partido y ni siquiera un contrincante que la zancadillee como con ella ha sido tradición.

Esa ausencia se verá en la reelección de vicepresidencias: a su fiel ministra de Educación, Annette Schavan, se unen dos liberales de su cuerda y con conciencia social como la ministra de Trabajo, Ursula von der Leyen, y Norbert Röttgen (Medio Ambiente), con la voz conservadora reducida a Volker Bouffier, sucesor de Koch en Hesse. La voz en falta para el gran público sería la del rutilante ministro de Defensa, Karl Theodor zu Guttenberg, sugerido a veces como sucesor pero inelegible por no ser de la CDU sino de su filial bávara (CSU).

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