Mark Rutte: el fin de una época en Holanda y la UE

El político liberal, de 56 años, dejará la política después de trece años como jefe del Gobierno. La cara más visible de la corriente 'frugal' dentro de la Unión Europea, uno de los principales oponentes a la flexibilidad de las reglas presupuestarias, abandona la escena comunitaria, al menos en su condición de primer ministro.

Según sus propias palabras, la decisión de abandonar la política es definitiva y no forma parte de una estrategia para seguir en el poder. «En los últimos días –dijo ayer mismo el primer ministro en funciones– se ha especulado sobre cuál fue mi motivación [para disolver el Gobierno]. La única respuesta es que la razón ha sido el bien de los Países Bajos«. La declaración se produjo en un debate parlamentario ayer para analizar la situación política después de la ruptura de la coalición de cuatro partidos que se declararon incapaces de ponerse de acuerdo sobre la gestión de la inmigración.

La formación a la que pertenece Rutte, el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD, liberal), intentaba implantar restricciones a las solicitudes de asilo, entre otras con un límite para las opciones de reunificación familiar para aquellos a los que se les ha concedido una protección temporal. Dos de los socios de la coalición, D66 (una escisión del VVD) y la Unión Cristiana (del grupo PPE), se han negado a apoyar esta política por considerarla «inhumana».

En general se da por hecho que Rutte estaba tratando de responder a la situación creada por el inesperado resultado de las elecciones municipales de marzo, en las que en contra de todo pronóstico el Movimiento Campesino Urbano (BBB) resultó ser el ganador en todas las provincias del país con propuestas radicales en contra de las políticas de inmigración y de las restricciones medioambientales para la agricultura. Un endurecimiento de las leyes de acogida parecía una respuesta clara para intentar corresponder a esa tendencia en la opinión pública que marcó las elecciones locales.

En todo caso, la oposición ya había presentado una moción de confianza que debía haberse discutido también ayer, por lo que la opción de disolver las cámaras y convocar elecciones anticipadas parecía inevitable. Hasta ahora, Rutte tenía fama de salir reforzado en cada elección, sin importar si el resultado le obligaba a pactar con aliados de izquierda o de derecha, algo que puede explicar por qué se ha mantenido tanto tiempo en el poder.

Sin embargo, en el debate de ayer, ningún portavoz parlamentario defendió su continuidad al frente del Gobierno si no es como primer ministro en funciones.

Desde su oficina ha sido testigo de importantes transformaciones en el país y ha visto también la sucesión de la reina Beatriz por su hijo Guillermo Alejandro, la primera de una serie de abdicaciones en algunas de las monarquías europeas. Él solía ir en bici desde su oficina al palacio real, un gesto que simboliza bien su apego a la austeridad también a través de cosas aparentemente simples. Por no tener, no tiene más que un viejo coche, un Saab de los años 90 que, según se dice, compró de segunda mano.

Hasta ahora, este soltero empedernido, austero –vivió con su madre hasta su fallecimiento en 2020–, coleccionista de balones de fútbol, era no solo uno de los jefes del Gobierno holandés que ha permanecido más tiempo en el cargo, sino también uno de los más veteranos miembros de Consejo Europeo, por lo que su retirada abre un abanico de posibilidades inéditas tanto en La Haya como en Bruselas.

De momento, Rutte se mantiene en funciones hasta la celebración de elecciones anticipadas que no tienen aún fecha, aunque se espera que se celebrarán a principios del otoño.

Según algunas versiones, una vez que haya dejado la política holandesa, Rutte podría emerger como un candidato posible para puestos como el de secretario general de la OTAN, un caso en el que los aliados están teniendo dificultades para encontrar un candidato que satisfaga a todos. Otros le mencionan también como un posible candidato al puesto de presidente del Consejo Europeo, para suceder al belga Charles Michel. Rutte había desdeñado hasta ahorra cualquier cargo en instituciones internacionales, y esto es algo que podría cambiar una vez que haya abandonado el puesto de primer ministro, cuando se pueda elegir a su sucesor.