Margarita de Dinamarca: se va una Reina enérgica, espontánea y cercana

Se le recordará por su exquisita neutralidad institucional durante 52 años de reinado

La importante tradición que romperá Federico de Dinamarca en su coronación

La Reina Margarita II y la Reina Letizia a su llegada a la cena en honor celebrada en Copenhague, dentro del reciente viaje oficial de los Reyes de España a Dinamarca efe

A primera hora del 16 de abril del 2000, un grupo de ciudadanos se acercó hasta el palacio de Fredensborg para cantarle las 'mañanitas' mexicanas, en versión danesa, a su Reina. Margarita de Dinamarca cumplía aquel día 60 años y ellos se habían ... desplazado hasta los jardines de su residencia para dedicarle este espontáneo regalo. La Reina, que se acababa de levantar y se disponía a comenzar el día con un batín azul de guatiné, no dudó en asomarse a la ventana de su habitación, ubicada en el primer piso del palacio. Les agradeció con un enérgico saludo aquel feliz despertar, junto a su marido, el Príncipe Enrique.

Este recuerdo forma parte del anecdotario que el pueblo danés tiene de su Reina, donde no faltan las fotografías que se ha dejado hacer fumando, bebiendo de un 'brick' de zumo o subida a una montaña rusa. Todo ello ha contribuido en parte a que en Dinamarca un 78% de los ciudadanos apoyen la Corona. Y las últimas encuestas apuntan que un 82% de la población considera que el Príncipe Federico será un buen Rey.

A la Reina Margarita se la recordará por la neutralidad institucional que ha mantenido a lo largo de sus 52 años de reinado, y por esa personalidad tan cercana y natural que le ha permitido ganarse al pueblo danés. Tanto es así que hace tiempo que podría haber hecho suya aquella respuesta del Rey Olaf de Noruega cuando le preguntaron en una entrevista si no temía por su seguridad: «¿Para qué necesito escolta? Tres millones de noruegos me protegen».

El modelo de monarquía de Olaf de Noruega -que fue el primer Rey de Europa al que se le vio pasear sin llamar la atención por Oslo y disfrutando de jornadas de esquí los fines de semana- es al que siempre ha mirado la Corona danesa. De ahí que el Palacio de Amalienborg se encuentre en el centro de Copenhague y que sea habitual para los daneses ver a la Reina Margarita, a Federico y Mary de Dinamarca o a sus cuatro hijos entrar y salir de su residencia.

Sin ir más lejos, el 6 de noviembre del año pasado, mientras un grupo de periodistas españoles esperábamos a que los Reyes Felipe y Letizia llegaran hasta Amalienborg junto a Margarita de Dinamarca tras ser recibidos por ella en el aeropuerto y después de dar un paseo en carroza por el centro de Copenhague, vimos a la Princesa Isabel montada en su bicicleta.

Como una danesa más, con vaqueros y un abrigo para la lluvia, la segunda hija de Federico y Mary de Dinamarca, llegaba a su casa después de las clases de la mañana. Introdujo un código de seguridad en un panel numérico que hay en la puerta del ala noroeste de Amalienborg -que conduce al palacio Brockdorffs, su casa- y cruzó el umbral, flanqueado por un agente de la Politiet.

El viaje de Estado de Felipe VI y Doña Letizia a Dinamarca estaba previsto para abril del año pasado, pero la Reina Margarita tuvo que someterse a una intervención de espalda en febrero y tuvo que ser aplazado al mes de noviembre.

La noche del día 6, la Reina Margarita ofreció en el palacio de Christiansborg una cena en honor a los Reyes con motivo de su viaje. Vistió un traje largo de encaje, a juego con un 'parure' de esmeraldas y brillantes que incluye una tiara. Enfiló con paso firme y la ayuda de un bastón el pasillo que conducía hasta el comedor de gala. Durante el trayecto, saludó a los periodistas y dedicó su mejor sonrisa a las cámaras. Ocupó el primer lugar en la fila de saludo. Tras ella, el Rey Felipe, la Reina Letizia, los Príncipes Federico y Mary y la princesa Benedicta. Antes de que comenzaran a pasar los invitados, un ayudante le acercó a la Reina Margarita una butaca y ella se sentó porque ya no puede permanecer mucho tiempo de pie.

Aquella noche, al igual que en otros momentos de 2023, la Reina echó de menos fumarse un cigarrillo, un hábito que cogió a los 17 años y que ha tenido que dejar a los 83 por prescripción médica.

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