La geopolítica del crimen organizado se impone en el continente americano

Las explicaciones no siempre asimiladas de que el crimen organizado es transnacional y que una suerte geopolítica del narcotráfico se ha impuesto en el continente, cobra sentido porque el asesinato ha sacudido a varios países. Desde México, territorio de los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, el presidente Andrés Manuel López Obrador, en su comparecencia de todas las mañanas, habló del magnicidio aunque aseguró que «no hay elementos» que sostengan la versión de que el cártel de Sinaloa estuvo detrás del asesinato, pero en Ecuador el presidente Guillermo Lasso, en su primera intervención luego de una reunión del gabinete de seguridad, el miércoles por la noche, apuntó al crimen organizado, ya que días antes, Villavicencio había recibido amenazas de alias 'Fito', líder de Los Choneros, con nexos con el cártel de Sinaloa.

En Colombia el despliegue informativo ha sido enorme, tras revelarse que los sospechosos provenían de ese país, y porque la cadena Caracol reveló que al examinar los teléfonos incautados a los sicarios se habría encontrado llamadas de políticos ecuatorianos, lo cual, hasta hoy, no ha sido desmentido. También hay revuelo en el Perú donde Villavicencio era conocido por haber estado exiliado en Lima, durante el correísmo, y, desde allí, haber hecho nuevas denuncias junto con periodistas locales. Además, Colombia y Perú son los mayores productores de coca del mundo, y, las estadísticas demuestran que la mayor cantidad llega a Ecuador para desde aquí ser exportada a Estados Unidos y Europa. Justamente, el candidato presidencial abatido había anunciado que, de llegar al poder, su gobierno militarizará los puertos de Guayaquil epicentro del narcotráfico y que buscará colaboración internacional para vigilar el mar.

Familiares, amigos y simpatizantes se juntaron ayer viernes en el Centro de Exposiciones Quito para honrar la memoria de Fernando Villavicencio, en medio del dolor y la incredulidad generalizada ante lo acontecido. Se colocaron pancartas con su foto, flores y la bandera del Ecuador. El llanto y las expresiones de admiración y respeto a su trayectoria, en especial la vinculada al periodismo, no cesaron. La velación y el entierro se hicieron en la intimidad familiar.

En medio dolor y la frustración por la pérdida de su líder, los dirigentes del movimiento Construye, que auspició la candidatura de Fernando Villavicencio, hacen consultas urgentes y reuniones para determinar quién lo reemplazará en la papeleta para la candidatura presidencial. La falta de figuras descollantes, que es común en la mayoría de los partidos y movimientos políticos de Ecuador, parece hacer mella en estos momentos, a lo que se añade los temas legales para cumplir con lo que dice el Código de la Democracia, que tiene normas precisas.

Este medio supo que se decidiría no designar a nadie en espera de que, si el domingo 20 se gana en las urnas, sea la vicepresidenta Andrea González quien asuma la Presidencia, y, tras posesionarse, enviar una terna a la nueva Asamblea Nacional (Congreso) para que se elija un vicepresidente, Pero el expresidente del Tribunal Supremo Electoral, Medardo Oleas dijo a ABC que eso no es legal porque los votos no son endosables, y que, al haber fallecido el candidato se extingue el binomio, por lo que están obligados a designar un nombre. Algunos familiares de Villavicencio han dicho que podría reemplazarlo un tío, pero Martha Roldós, activista política e hija del expresidente Jaime Roldós, dijo a este diario que la sucesión no se trata de un tema dinástico, a la vez que señaló que no será fácil reemplazar a Villavicencio de quien aseguró es «el ecuatoriano más valiente de los últimos 15 años». Varias denuncias las trabajaron juntos porque ella dirige el portal de investigación 'Mil Hojas'.

En ese escenario, la única certeza, hasta hoy, es que en el debate presidencial oficial y obligatorio, que se realizará este domingo 13 de agosto, participarán los siete candidatos y habrá un espacio vacío; el del candidato asesinado, Fernando Villavicencio. El Consejo Nacional Electoral (CNE) no aceptó las peticiones de algunos aspirantes que plantearon postergarlo. La presidenta del organismo, Diana Atamaint, afirmó que el calendario electoral no podía ser alterado.