«Maddie no gritó», según un testigo clave en el caso de la desaparición de Madeleine McCann

Scotland Yard ignoró durante años las pistas aportadas por este individuo y su relación con el principal sospechoso

Las incógnitas del 'caso Madeleine McCann' 16 años después: un sospechoso, varias teorías y mucho humo

Foto de archivo de Madeleine McCann

Rosalía Sánchez

Corresponsal en Berlín

Precisamente en el momento en que la Fiscalía se veía abocada a cerrar el caso, se produce la primera declaración pública de un testigo clave en la desaparición de Madeleine McCann. 16 años después de que se perdiese el rastro de la niña ... de un apartamento de vacaciones en el Algarve, el diario 'Bild' ha publicado una entrevista con Helge Busching. El hombre de 52 años conocía entonces personalmente al principal sospechoso del secuestro y asesinato de Maddie, Christian Bruckner, de 46 años, actualmente en prisión y con antecedentes penales por abuso sexual infantil grave.

Se habían conocido en el aparcamiento de un bar en Portugal, a través de sus amigos comunes Micha y Manni. Helge reconoce que «la primera impresión fue positiva», se cayeron bien y permanecieron en contacto. Helge también era por entonces un criminal que vivía de robos a los turistas y pequeños golpes. Había oído hablar de las habilidades de Christian y sentía cierta admiración. «Había escuchado sobre sus habilidades, que se metía con facilidad en los hoteles, que era buen trepador, que entraba por los balcones... Luego nos vimos más a menudo», admite su complicidad.

Pero las amistades entre delincuentes son frágiles y, una de las veces en las que Christian estuvo en prisión, Helge y Manni entraron en su casa para perpetrar un robo. El dúo entró en el apartamento, lo registró y se llevó una cámara de video, algunas películas y una pistola, confiesa en la entrevista. Después vieron juntos las películas. «Aparecía una mujer mayor. Al principio pensé: ¡Esto es un largometraje!, pero después me sorprendió que se podía ver a alguien azotando a la mujer. Estaba atada, tirada en la cama, debía tener 70 u 80 años», relata el testigo.

«La cosa iba empeorando, el violador llevaba gafas de buceo pintadas y no se le veía la cara. Ella hablaba en inglés y gritaba: ¡Maldito bastardo!». Al final del vídeo, el violador se sentaba en la cama y se quitaba la máscara. Fue entonces cuando Helge reconoció a Christian. «No podía creerlo», rememora su sorpresa. En otro de los vídeos se veía a una niña presuntamente menor de edad que estaba desnuda y atada a una viga mientras Christian se sentaba detrás de ella y se reía. «Entonces supe qué tipo de persona era», dice.

También cuenta que, cuando informó sobre lo que había sucedido a un oficial de policía en Alemania, le aconsejó que se mantuviera alejado del asunto. Y que un abogado le dijo lo mismo. «No estaba seguro de lo que me podía pasar, me habría incriminado a mí mismo». Asegura que dejó los videos en su tráiler en Portugal, pero que ahora no sabe dónde están. Estos últimos detalles restan cierta credibilidad a su relato, por las lagunas que representan.

En 2008 volvió a encontrarse con Christian en un festival, siempre según su versión de los hechos. Estuvieron hablando sobre posibles robos adicionales en Portugal y el contenido de los vídeos no formó parte de la conversación. Helge le dijo que prefería no volver a operar allí porque había demasiada policía y controles desde la desaparición de Maddie.

«Dije: no entiendo de todos modos cómo la pequeña pudo desaparecer sin dejar rastro», recrea el diálogo, «Christian había bebido dos o tres cervezas y fue entonces cuando me dijo: no gritó». Inmediatamente entendió lo que Christian había hecho. «Pensé: Él lo sabe. Tiene que ver con eso». A la mañana siguiente, Christian y su caravana ya no estaban. Helge sospecha que entendió que había hablado de más por culpa del alcohol y que, cuando se dio cuenta, decidió huir.

Asegura que después de ese encuentro, en 2008, llamó a Scotland Yard, a la línea directa establecida para el caso Maddie, para contar esta misma historia. «Se llevaron mis datos personales, mi número de teléfono. Pero nada pasó. ¡Nada! Nunca me volvieron a llamar», lamenta. En 2017, unos diez años después de la desaparición de Maddie, volvió a llamar a Scotland Yard. Esta vez sí hubo reacción y se reunió con dos funcionarios en Atenas. Posteriormente fue trasladado a Londres para prestar allí declaración. En 2018, la Oficina Federal de Policía Criminal (BKA) alemana reclamó su declaración sobre la violación de la anciana que había visto en los videos. Un año después, finalmente vio al principal sospechoso en el caso de Maddie ante el tribunal que lo condenó por este caso, que la fiscalía alemana relaciona con el de Maddie.

«Mi teoría sobre el caso Maddie es que fue un error, que estaba planeando un robo y que salió mal. Encontró a los niños en el apartamento y se llevó a Maddie con él. Probablemente no fue planeado así en absoluto», especula sobre lo sucedido, «no sé si él la mató al final». Helge se presenta a sí mismo como una víctima del caso. Desde su declaración asegura no haber podido volver a llevar una «vida normal». «No esperaba las dimensiones que tomó todo. Arruinó mi vida».

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios