Macron asume la 'cohabitación' con Le Pen y advierte sobre un bloqueo
El presidente lanza su campaña y reclama una unión política de todos los partidos contrarios al extremismo
Macron denuncia el riesgo de una Francia bloqueada por los extremismos
Opinión de José M. de Areilza: La urgencia perpetua de Macron
Corresponsal en París
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Iniciar sesiónSegún un sondeo publicado por varias cadenas de radio y televisión, el 57% de los franceses desean que Emmanuel Macron dimita si Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), el partido de Marine Le Pen, gana las elecciones anticipadas del 30 de junio y el ... 7 de julio.
Entre los jóvenes de 18 a 24 años, el deseo de la dimisión del jefe del Estado asciendo al 76%. Más allá de la precisión o imprecisión del sondeo, se trata de una tendencia de fondo, cuando otros sondeos insisten en la importancia de la ola electoral que pudiera dar a Le Pen una mayoría absoluta o relativa en la próxima Asamblea Nacional (AN), primera cámara del Parlamento.
Macron tiene un punto de vista diametralmente opuesto. Ha confirmado que no dimitirá y está dispuesto a cohabitar institucionalmente con Le Pen si su partido gana, pero anunciando riesgos graves, nacionales y europeos: «Francia puede quedar bloqueada, víctima de alianzas antinaturales con la extrema derecha y la extrema izquierda».
Macron pide a los partidos rivales formar un pacto electoral contra la extrema derecha
El presidente de la República francesa ha instado a forjar una alianza democrática contra Marine Le Pen en las próximas elecciones legislativas anticipadas
Petición de unión
A dieciocho días de la primera vuelta de las elecciones, el presidente lanzó un llamamiento nacional a la unión de los políticos que están contra los extremismos: «Los franceses votaron. Hay que escuchar su cólera. Pero no se gobierna con cólera. Se gobierna con respeto para todas las sensibilidades. Los extremismos han bloqueado la Asamblea Nacional. Las alianzas antinaturales con los extremos puede agravar el bloqueo de Francia. Pido la unión [...] de los compatriotas y políticos que no se reconocen en ningún extremismo».
Durante una rueda de prensa de hora y media de duración, Macron comentó el riesgo de una crisis global de Francia, pero descartando la dimisión si la extrema derecha gana: «Sería absurdo dimitir. Fui elegido por cinco años en 2022». Sentados esos principios, lanzó su campaña personal, solo, contra todos los extremos, que considera amenazantes para Francia y Europa.
Ante la alianza anunciada entre la dirección de Los Republicanos (derecha histórica) y Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), Macron se pronunció de este modo: «El general de Gaulle se pondrá en pie, en su tumba, contemplando cómo el señor Ciotti se alía con la extrema derecha de Le Pen que denunciaron todos sus herederos. Todas los proyectos de Le Pen, en cuestiones de seguridad, diplomacia y defensa, son una amenaza para Francia y para Europa, con sus aislacionistas contra Ucrania, la OTAN, la Eurozona…».
Ante la alianza del PS con La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), el partido de Jean-Luc Mélenchon, Macron señaló: «Léon Blum debe revolverse, en su tumba, atónito, ante la alianza de su familia política con una extrema izquierda antieuropea y antisemita. Durante la campaña de las elecciones europeas, Raphaël Glucksmann, cabeza de lista socialista, defendió ideas sensatas y razonables. Hoy, su partido negocia la unión electoral con una extrema izquierda que dice exactamente lo contrario en materia europea, ecológica, energética y militar».
El acercamiento del presidente de Los Republicanos al partido de Le Pen abre la división de la derecha histórica
En el terreno diplomático, Macron estima que extrema izquierda y extrema derecha defienden posiciones contrarias a los intereses nacionales y al futuro de Europa, advirtiendo de los riesgos catastróficos de un posible gobierno de Le Pen: «Francia es históricamente una potencia de equilibrio, en Ucrania, en Oriente Próximo, en Europa. Francia es una potencia militar y diplomática independiente. La extrema izquierda propone una Europa balcanizada, contra la OTAN y contra la potencia nuclear de Francia. Le Pen y su partido pidieron, en su día, la salida de la OTAN, proponiendo posiciones muy ambiguas sobre la Rusia de Putin y el futuro de la independencia francesa y europea».
Críticas
Ante esas declaraciones de Macron, Marine Le Pen se limitó a sonreír, irónica: «El señor Macron se ha puesto nervioso. Está perdiendo los nervios. Nosotros estamos dispuestos a gobernar».
A la izquierda, Olivier Faure, primer secretario del PS, respondió en estos términos: «La causa del caos actual es el presidente de la República, que ha sido incapaz de dar respuesta a las inquietudes legítimas de nuestros compatriotas». Sandrine Rousseau, portavoz del movimiento ecologista, fue más dura: «¿De qué habla este tío? El fascismo está a las puertas del poder y él lanza falsas noticias a toda hora». Mélenchon respondió con cierta brutalidad: «Macron encarna la estrategia del caos y las guerras de religión para brutalizar las elecciones».
Cuando Francia se adentra en el campo de minas políticas que Macron describe con cierto optimismo y prudencia, el partido Los Republicanos se ha dividido de manera esperpéntica. La tarde del martes, Éric Ciotti, presidente del partido, anunció por su cuenta y riesgo que LR habían llegado a un acuerdo electoral con Agrupación Nacional, el partido de Le Pen. La noticia cayó como una bomba fétida. Nicolas Sarkozy y toda la élite conservadora reaccionaron al unísono. A su modo de ver, Ciotti había consumado una traición infame contra el patriarca fundador, Charles de Gaulle, y a toda su herencia política, sencillamente capital en la historia del conservadurismo francés.
El jefe de Estado cree que la extrema derecha y la extrema izquierda tienen posiciones contrarias a los intereses nacionales
Llovieron las peticiones de expulsión del presidente del partido, en una reunión de urgencia del buró, integrado por el presidente, el vicepresidente, el secretario y el tesorero nacional, acompañados de 80 miembros históricos.
Ante esa amenaza, Ciotti ordenó al servicio de seguridad de LR el cierre de los locales y oficinas del partido. El buró pidió la intervención de un juez, que ordenó a la Policía abrir los locales.
Ciotti reaccionó: «Ha sido una reunión ilegal. Sigo siendo el presidente de LR. Puedo presentar un recurso judicial…». Quedaba consumada la división de la derecha histórica. El presidente expulsado y un número impreciso de diputados serán investidos candidatos en las listas de la extrema derecha.
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