Luis Arce sale reforzado frente a Evo Morales por el intento de golpe militar en Bolivia

A la debilidad interna se añade una complicada situación económica, con falta de carburante y de divisas

El presidente Arce frustra un intento de golpe de Estado militar en Bolivia

El general golpista implica al presidente en el levantamiento militar

El presidente de Bolivia, Luis Arce EFE

Luis Arce ha quedado reforzado en el sillón presidencial de Bolivia por el intento de golpe militar llevado a cabo el miércoles y que apenas duró unas horas. Solo si se abriera paso la sospecha de que todo podía obedecer a una operación del propio ... Arce para aumentar su baja popularidad, la jugada se volvería en su contra, pero por ahora la imagen del máximo dirigente boliviano plantando cara en la puerta del palacio presidencial al que hasta un día antes era el jefe del Ejército, el general Juan José Zúñiga, se ha visto revalorizada.

Arce lleva un par de años intentando desactivar la constante embestida del expresidente Evo Morales, que le dejó como sucesor y que ahora reclama ser el candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), al que ambos pertenecen, en las elecciones presidenciales de 2025. A esa debilidad interna se añade una complicada situación económica, con falta de carburante y de divisas, en un país que es productor y hasta hace poco exportador neto de hidrocarburos, sobre todo de gas. Una huelga de transportes y cortes de carreteras, unas veces provocados por los seguidores de Morales y otras por el descontento ciudadano ante las dificultades económicas, han generado el contexto de la reacción del general Juan José Zúñiga.

De hecho, ambos elementos –las luchas internas del MAS y los malos indicadores económicos– están expresamente vinculados a la intentona militar. La excesiva confrontación de Zúñiga con Morales, entrando en el terreno político que no le corresponde (el general aseveró que el expresidente no puede volver a ser candidato, como también ha dicho el Tribunal Constitucional del país), le valió la destitución el martes como comandante jefe del Ejército por parte de Arce, a pesar de estar alineado con él. Esa decisión podría haber llevado a Zúñiga a presentarse en una tanqueta y unos pocos soldados en la Plaza Murillo, donde está el Palacio Presidencial.

En su rifirrafe verbal con el general, Morales había advertido del riesgo de un autogolpe. Tras ser detenido, el propio Zúñiga dijo que el fin de semana acordó con Arce simular una acción militar que ayudara a aumentar su popularidad. A falta de información determinante, sorprende, en cualquier caso, que en realidad se pretenda subvertir el orden institucional con solo un puñado de soldados y sin implicación de más mandos, aunque siempre cabe que en el fondo todo fuera una pataleta airada del jefe militar por su destitución.

Situación económica

En su breve marcha sobre el corazón de La Paz, Zúñiga también aludió a la preocupación social provocada por la situación económica, si bien la acción militar no fue secundada por apoyo ciudadano. El mismo martes, la Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía había advertido del momento «crítico» que atraviesa el sector, después de que la mala gestión gubernamental del «boom» gasístico haya empujado a Bolivia «a una crisis financiera de difícil salida», como indica un análisis del centro Global Affairs. «Sin apenas reinversión en el sector de hidrocarburos durante los años de bonanza de altos precios internacionales, hoy la producción se está reduciendo de modo exponencial», precisa el análisis. Así, en 2022 la extracción de petróleo cayó en cuanto a volumen un 10,9% y un 9,2% la de gas respecto al año anterior; en 2023 el descenso fue del 15,6% y del 13%, respectivamente. De exportar hidrocarburos por valor de 6.624 millones de dólares en 2014, Bolivia solo exportó 2.058 millones en 2023, un tercio menos de los combustibles que tuvo que importar. El déficit que cumula la balanza de pagos ha provocado una acusada escasez de divisas.

En el terreno político, el choque entre Arce y Morales es cada vez más feroz. Dada la división en el seno del MAS, el Gobierno está en minoría en la Asamblea Legislativa. Por mandato constitucional, esta debe propiciar la renovación de los órganos judiciales, pero el presidente de la Asamblea, David Choquehuanca, que es vicepresidente del país y enemigo también de Morales, tiene paralizadas sus funciones para evitar que este pueda determinar la composición de los tribunales.

De hecho, fue un Tribunal Constitucional afín al anterior presidente el que se sacó de la manga el principio de que Morales, ya en el poder durante 13 años, podría presentarse ininterrumpidamente a la reelección por ser un derecho humano, a pesar de que está prohibido por la Constitución. Supuestamente reelegido en 2019, pero con evidencias de fraude, el Ejército forzó la renuncia de Morales. Hoy un Tribunal Constitucional afín a Arce defiende que en la Constitución solo cabe una reelección.

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