Asimismo, ha añadido que los análisis visuales han mostrado que no hubo impacto externo en el aterrizaje, al tiempo que ha indicado que, según han expresado el resto de miembros que iban dentro de la avioneta de DHL y que han sobrevivido, no había preocupación ni caos en el interior, al igual que tampoco olía a humo.
El Centro Nacional de Gestión de Crisis lituano ha afirmado que los sistemas que se emplean para guiar a los aviones funcionaban de manera normal cuando fueron probados el martes. Además ha apuntado que el avión no utilizó GPS para aterrizar, por lo que es poco probable que se produjesen interferencias.
Este martes, funcionarios de España y de Alemania acudieron a Lituania para tratar de esclarecer las causas de los hechos. Entre otras cosas, buscaban saber si hubo o no sabotaje para que acabase sucediendo el accidente. «No hay signos [de ello]», ha declarado Laurynas Kasciunas.
Dos días después de los hechos, se continúan investigando las causas. «No podemos descartar la posibilidad de un acto terrorista», decía ese martes en declaraciones a los medios el jefe de los servicios de inteligencia de Lituania, Darius Jauniskis.
Desde el Centro Nacional de Gestión de Crisis lituano, se han mostrado «más inclinados» hacia las «versiones técnicas» en lo relativo al accidente. «Si obtenemos datos adicionales, igual cambiamos nuestra opinión, pero por el momento no los tenemos», ha lanzado Vilmantas Vitkauskas, su jefe.
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