El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, podría salvarse de ser destituido

Lasso se respaldó en que el proceso se lleva a cabo sin un informe jurídico que lo sostenga, pero sus interpelantes ratificaron que se trata de un juicio político y no penal, por lo que no deben probar el peculado (malversación), sino la responsabilidad política del primer mandatario sobre el mal manejo de los recursos de la Flota Petrolera Ecuatoriana (FLOPEC).

En un país dividido políticamente, para los partidarios y simpatizantes de Lasso, su exposición fue rigurosa y llena de argumentos, que dejaron en claro su inocencia. Para los detractores, no aclaró nada. Los acusadores Viviana Veloz, del correísta Unión por la Esperanza (UNES), y Esteban Torres, del Partido Social Cristiano (PSC), desestimaron los argumentos del primer mandatario, por lo que en la réplica ratificaron que debe ser censurado y destituido.

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Thalía Flores

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Para destituir al presidente de la República se necesitan 92 votos de los 137 integrantes de la Asamblea, pero, al cierre de esta edición, fuentes consultadas por ABC aseguraron que la oposición no contaría con esa cifra, por lo que Lasso podría librarse de la destitución, aunque solo se sabrá cuando culmine la votación, que se daría hacia el fin de semana.

Al final del día, este martes, un comunicado firmado por once asambleístas, de un total de 25, que tiene el bloque parlamentario de Pachakutik, brazo político de la Confederación de Nacionales Indígenas del Ecuador (Conaie), en el que se anunció que apoyarán a Lasso y votarán en contra de su censura y destitución, modificó las previsiones sobre el desenlace del juicio político. Pachakutik arguye que una eventual censura del jefe de Estado llevará a Ecuador a una «dictadura prepotente y autoritaria». Esos serían los votos que podrían salvar a Lasso, a los que habría que sumar los de una facción de Izquierda Democrática (social democracia), que se abstendrían o votarían en contra de la censura. De ser así, resultaría paradójico que el presidente centroderechista de Ecuador sea salvado por la izquierda y la centro izquierda del país.

En la jornada del martes, fue llamativo que el Gobierno haya hecho una exhibición de fuerza política en las calles que no lo había hecho antes. Desde diversas provincias, llegaron a Quito simpatizantes y funcionarios, que fueron movilizados en buses contratos por entidades públicas según reportaron algunos medios. La gente se mantuvo en las afueras del Congreso para aplaudir a Lasso cuando ingresó a comparecer en el pleno y aplaudirlo mientras intervenía. Todos vieron su participación en pantallas gigantes que se habían sido colocadas en los exteriores de la sede parlamentaria, y se desmovilizaron después que el presidente abandonó el recinto parlamentario y se marchó a Carondelet, sede del Gobierno, donde también apareció en el balcón para saludar a otros grupos de simpatizantes.