El Kremlin respira aliviado: «Trump odia gastar dinero en parásitos y oportunistas, como la Ucrania tóxica»

«La Ucrania tóxica de los partidarios de Stepán Bandera, está en esa misma categoría», añade Medvédev. Sin embargo, el que fue jefe del Estado ruso entre 2008 y 2012 cree que «ahora surge la pregunta de si Trump no se verá obligado a contribuir al conflicto en Ucrania». Según opinión, el nuevo presidente electo de EE.UU. «es testarudo, pero el sistema es más fuerte». Medvédev, no obstante, subraya que «Kamala Harris se acabó y la Operación Especial Militar en Ucrania continuará hasta la consecución de los objetivos señalados» (desnazificación, desmilitarización y estatus neutral del país vecino).

Poco después, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, admitió en su habitual comparecencia ante la prensa que «no conozco los planes del presidente Vladímir Putin sobre si va a felicitar a Donald Trump por su victoria en las elecciones (…) no olvidemos que estamos hablando de un país hostil que está directa e indirectamente involucrado en una guerra contra nuestro Estado». A la pregunta de si no temen que Trump se pueda ofender en el caso de que Putin no le felicite, el portavoz presidencial respondió que «es prácticamente imposible empeorar todavía más las cosas, Moscú y Washington se encuentran en el peor momento de la historia de sus relaciones. Su futuro desarrollo dependerá de las medidas que adopten Trump a partir de enero».

Peskov, así mismo, se negó a valorar los resultados de la votación, señalando que los comicios «son un asunto interno de Estado Unidos». El portavoz presidencial, no obstante, dijo que «las declaraciones de Trump pueden indicar su intención de renunciar la continuación de viejas guerras y a la imposición de otras nuevas». A su juicio, no se puede descartar que el republicano «pueda cambiar el tono de su retórica». Aseguró también que Putin «ha hablado repetidamente de su disposición a un diálogo basado en la igualdad». «Pero no será posible resolver la situación de la noche a la mañana», sentenció Peskov.

El Kremlin recibió con regocijo la victoria de Trump en 2016, pero después vio defraudados sus anhelos ante la adopción de más sanciones por parte de Washington. Distintos representantes del poder ruso han venido subrayando en las últimas semanas que no esperan nada bueno ni de Trump ni de Harris, aunque en el comentarios privados de determinados funcionarios parece evidente que han preferido la victoria del candidato republicano después de sus constantes declaraciones en cuanto a que dejaría de gastar dinero en enviar armas a Ucrania y obligaría a Kiev a negociar con Moscú un final de la guerra haciendo previsiblemente serias cesiones territoriales.

Por su parte, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, escribió en Telegram que «envío mis felicitaciones a Donald Trump por su impresionante victoria electoral. Recuerdo nuestra maravillosa reunión con el presidente Trump en septiembre, cuando discutimos en detalle la asociación estratégica entre Ucrania y Estados Unidos, el Plan de Victoria y las formas de detener la agresión rusa contra Ucrania (…) aprecio el compromiso del presidente Trump con su enfoque de «paz a través de la fuerza» en los asuntos globales. Éste es exactamente el principio que prácticamente puede acercar una paz justa en Ucrania. Espero que juntos lo hagamos realidad».

Al mismo tiempo, Zelenski dice estar interesado en «desarrollar una cooperación política y económica mutuamente beneficiosa que beneficie a ambos países. Ucrania, como una de las potencias militares más fuertes de Europa, está comprometida a garantizar la paz y la seguridad a largo plazo en Europa y la comunidad transatlántica con el apoyo de nuestros aliados. Espero tener la oportunidad de felicitar personalmente al presidente Trump y discutir formas de fortalecer la asociación estratégica entre Ucrania y Estados Unidos».

También han felicitado a Trump la presidenta de Moldavia, Maia Sandu, el jefe del Gobierno de Armenia, Nikol Pashinián, el presidente de Kirguistán, Sadir Zhapárov, el dictador bielorruso, Alexánder Lukashenko, y el primer ministro de Georgia, Irakli Kobajidze, quien ha expresado el deseo de que se abra una nueva etapa «que ayude a relanzar las relaciones entre nuestros países», deterioradas durante el mandato de Joe Biden después del rumbo prorruso adquirido por Tiflis.