El Kremlin reconoce ahora 290 muertos en el ataque ucraniano en Donetsk

El secretario del Consejo de Seguridad ruso admitió que el número de soldados muertos era de 290

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El teniente general Sergei Sevryukov, hablando durante su conferencia de prensa en Moscú este miércoles AFP

J. Monjardín

Madrid

Traición o negligencia fatal, lo cierto es que las críticas arrecian contra la planificación rusa de la invasión aunque en público esas críticas se centran en la falta de profesionalidad de las tropas rusas y sus altos mandos. El ataque ucraniano de Makiivka, localidad ocupada ... por las fuerzas rusas en Donetsk, y por el que más de medio millar de militares rusos murieron y resultaron heridos, sigue coleando en la opinión pública rusa en la búsqueda de culpables y de errores que provocaron lo que muchos consideran como una nueva humillación por parte de Ucrania.

Según el Ministerio de Defensa británico, dada la destrucción ocurrida en la base, «existe una posibilidad realista de que se almacenaran municiones cerca de los compartimentos de las tropas». La cuenta Rybar en Telegram, con un millón de seguidores, calificó como «criminalmente ingenuo» que el ejército guardara municiones junto a los dormitorios. Como también ha señalado la Inteligencia británica, el de Makiivka se trata de un episodio más en fallos como el que propiciaron el mayor golpe ucraniano desde el inicio de la invasión.

El ministerio de Defensa ruso sostiene que fue el uso de teléfonos móviles de los militares rusos allí presentes lo que provocó que Kiev localizara rápidamente la ubicación de cientos de tropas rusas concentradas en un edificio de la ocupada Donetsk y contra las que dispararon los efectivos sistemas de misiles estadounidenses Himars.

El pasado lunes, las fuerzas ucranianas difundieron que habían abatido a cerca de 400 militares rusos (muchos de ellos parte de esos 300.000 de la movilización parcial decretada en septiembre) que se encontraban en el edificio de Makiivka. Minutos después, llegó el primer reconocimiento oficial ruso pero no pasaba de 63 muertos. Este miércoles en cambio esa cifra ascendió a 89 e incluso el secretario del consejo de seguridad ruso dijo que eran 290.

Primero el silencio y luego el estupor. Según agencias las fuerzas de seguridad rusas se tomaron unas ocho horas en avisar al presidente ruso Vladímir Putin de la tragedia para no aguarle las celebraciones de año nuevo. El descalabro es de tal magnitud que incluso en el círculo cercano a Putin, como la presidenta de RT, Margarita Simonian, se están lanzando a criticar duramente el desastre.

Voces nacionalistas

La máxima responsable de la punta de lanza de la propaganda del Kremlin a nivel internacional ha pedido que se hagan públicos los nombres de los oficiales rusos y «el alcance de su responsabilidad» en la matanza sufrida por sus fuerzas en Makiivka (Ucrania). «Es hora de entender que la impunidad no conduce a la armonía social. La impunidad conduce a nuevos delitos. Y, por tanto, a la disidencia pública», ha escrito Simonian en Telegram y también en Twitter.

No solo ella, sino que el ataque de Nochevieja, el incidente individual más mortífero que Moscú ha reconocido desde el comienzo de la guerra, ha sido la gota que ha colmado el vaso de la opinión pública rusa más beligerante que cree que la campaña rusa en Ucrania se ha cimentado en la incompetencia de los altos mandos y la falta de un compromiso real para cumplir con los objetivos del Kremlin.

Pese a que las autoridades rusas han conseguido aplastar a las voces disidentes, los principales críticos del Kremlin no están siendo en estos últimos meses las posiciones más pacifistas sino una serie de creadores de opinión nacionalistas y abiertos partidarios de la guerra, muchos de ellos con cientos de miles de seguidores en las redes sociales.

Semyon Pegov, un corresponsal de guerra al que Putin le otorgó la Orden del Valor, dijo en Telegram que señalar con el dedo a las tropas que utilizan teléfonos móviles «parece un intento absoluto de difuminar la responsabilidad. Había otras formas en que Ucrania podría haber visto la base», apuntó.

Movilización total

El Ministerio de Defensa ruso dijo que cuatro misiles ucranianos habían alcanzado un cuartel temporal ruso en una escuela vocacional en Makiivka, en el este de Ucrania. Especialistas militares rusos han apuntado a que la gran destrucción fue el resultado del almacenamiento de municiones en el mismo edificio que un cuartel, a pesar de que los altos mandos sabían que estaba dentro del alcance de los misiles ucranianos.

Las demandas de mayor compromiso y mano dura llegan incluso de grupos de viudas de la guerra. Una asociación poco conocida que apoya a las viudas de los soldados rusos ha pedido al presidente Vladimir Putin que decrete una movilización a gran escala de millones de hombres y que cierre las fronteras para asegurar la victoria en Ucrania.

Putin se encuentra así bajo una intensa presión para lograr la victoria en Ucrania después de cumplirse 10 meses del inicio de una invasión que según aducía buscaba proteger a los rusos del este de Ucrania

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