La Justicia italiana vuelve a juzgar por difamación a Amanda Knox 8 años después de absolverla por el asesinato de su compañera de piso

La Corte Suprema de Casación de Italia ya anuló en noviembre del año pasado una condena por calumnias. Knox implicó a Patrick Lumumba, dueño de un bar congoleño, en el asesinato de la joven de 21 años, Kercher, en las primeras etapas de la investigación. Así constó en unas declaraciones mecanografiadas y firmadas por la entonces acusada. Se trataba del último cargo que recaía sobre Knox después de que esa misma instancia anulase en el año 2007 las condenas contra ella y su por entonces novio, Raffaele Sollecito, por el asesinato de Kercher tras encontrar ADN de otro hombre en la escena del crimen.

Ahora, podría enfrentarse a una pena de prisión de tres años después de que el Supremo italiano haya revocado y anulado las sentencias de Knox, escudándose en el recién introducido artículo 628bis del Código Penal de Italia, según el cual es posible solicitar la anulación de los efectos perjudiciales resultantes de una violación de derechos determinada por el TJUE. En este caso, el del derecho a la defensa.

Los jueces deberán determinar si el testimonio de Knox contiene «declaraciones realmente acusatorias contra Lumumba formuladas a sabiendas de su inocencia», informa 'Il Messaggero'. La estadounidense, continúa el citado diario italiano, dijo que «dudaba profundamente» de la veracidad de las declaraciones que hizo a los investigadores del caso, escudándose en que se las realizó «bajo la presión del estrés, la conmoción y el agotamiento extremo». Knox también reconoció tener «imágenes borrosas» de aquella noche de interrogatorios, recordemos sin abogado ni traductor: «No estoy segura de si estos hechos realmente han sucedido», dijo. 'Il Messaggero' se refiere a una carta de cuatro páginas, en inglés, manuscrita por Knox en la que se retractó de sus palabras en la tarde siguiente de haber declarado. Única prueba sobre la que el tribunal podrá pronunciarse en el juicio, ha dicho el abogado de la acusada.

A pesar de tener una coartada sólida, Lumumba permaneció encarcelado durante dos semanas antes de que la Policía le liberara. Después, abandonó Italia. Knox, por su parte, pasó cuatro años en prisión.

«Por un lado,me alegro de tener esta oportunidad de limpiar mi nombre y espero que eso elimine el estigma con el que he estado viviendo. Por otro, no sé si alguna vez esto va a suceder porque sigo traumatizada. Estoy segura de que la gente todavía me lo reprocha porque no quieren entender lo que pasó y no quieren aceptar que una persona inocente pueda ser coaccionada a sufrir lo que yo pasé«, ha dicho Knox en declaraciones recogidas por AP.

La estadounidense era una estudiante que tenía por entonces 20 años, tiene ahora 36 y es madre de dos hijos, uno de ellos recién nacido. Motivo por el cual no estará en el juicio que se celebra este miércoles en Florencia (Italia), ya se quedará al cuidado de los pequeños en Estados Unidos, país en el que reside en la actualidad junto a ellos y su marido.