La Justicia europea tumba las extradiciones a China
Uno de los taiwaneses investigados en España gana el juicio contra su extradición y pone contra las cuerdas los tratados con Pekín
Según el TEDH su entrega a China violaría los Derechos Humanos y es inadmisible
Zigor Aldama
Según los agentes chinos que investigaron sus actividades en España, Liu Hongtao era el capo de una mafia taiwanesa que se dedicaba a estafar por teléfono, desde nuestro país, a ciudadanos en China. Por eso, el 8 de diciembre de 2016 la Interpol publicó ... una notificación roja para arrestarlo. Supuestamente para evitar su detención, Liu viajó a Polonia. Pero, el 6 de agosto de 2017, fue apresado, y 25 días después el gigante asiático solicitó a Varsovia su extradición.
Consciente de que podría acabar como los 219 compatriotas que en 2019 España extraditó a China a pesar de la polémica que provocó el caso, Liu inició una odisea judicial para evitar enfrentarse a un sistema de justicia sin garantías y controlado por el Gobierno. Desde el centro de detención Biaolęka de Varsovia, donde este hombre nacido en 1980 aún se encuentra encerrado, argumentó ante diferentes tribunales que la extradición le expondría al peligro de sufrir torturas y que difícilmente recibiría un juicio justo.
A pesar de que los jueces polacos reconocieron que Liu podría ser condenado en China a cadena perpetua por el fraude telefónico, incluso el Tribunal Supremo de Polonia aprobó su traslado al país comunista. Así que Liu disparó su último cartucho y apeló al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). Ahora, la institución de Estrasburgo le ha dado la razón en una sentencia que, salvo que sea apelada a la Gran Sala, se hará efectiva el 6 de enero y puede tener profundas implicaciones para las relaciones del continente con el gigante asiático. «La van a liar», avanza José Antonio Martín Pallín, magistrado emérito del Tribunal Supremo.
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Según el dictamen unánime del tribunal, cuyas sentencias son vinculantes para los 46 países que lo reconocen, la extradición a China violaría los derechos humanos y es inadmisible. Concretamente, el TEDH considera que atenta contra el artículo 3 de la Convención Europea de los Derechos Humanos, ya que le expondría al peligro de sufrir tortura durante su detención. Además, considera que los cinco años que Liu ha pasado encarcelado suponen una detención ilegal, por lo que le concede una indemnización de 6.000 euros.
«Es la primera vez que el TEDH revisa las extradiciones a China y, teniendo en cuenta que Liu no pertenece a ninguna minoría étnica o religiosa, ni es un activista político, estimamos que su caso propiciará que todas las peticiones de extradición sean denegadas y que incluso se bloquee el proceso de nuevas peticiones», analiza la ONG pro derechos humanos Safeguard Defenders.
Papel mojado
Otras fuentes judiciales consideran probable que la sentencia convierta los actuales tratados de extradición con China en papel mojado y señalan que deja en mal lugar a la Justicia española, ya que se demuestra que violó los derechos humanos de los taiwaneses extraditados a la segunda potencia mundial. «Se ha perdido el contacto con algunos de ellos, ni siquiera sus abogados saben dónde están encerrados ni en qué condiciones», denuncia la ONG. «España es uno de los países que más extradita a China y uno de los pocos europeos en los que no tenemos constancia de que se haya rechazado alguna petición», recalca Safeguard Defenders.
Martín Pallín considera que España actuó correctamente en el caso de los taiwaneses, aunque podría haber invocado el principio de penas crueles por duración, «por la desproporción entre las que se imponen en España y China», para rechazar las extradiciones. En cualquier caso, considera que la decisión del TEDH «es muy arriesgada y poco acertada» y se muestra cauteloso sobre sus consecuencias. «Habrá que ver el alcance que tiene», apostilla.
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