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El 'putsch' que no lo fue... ¿o sí?
Ha sido la mejor prueba del fracaso comunista. Ni siquiera son capaces de montar aquello que mejor deberían hacer
¿Un vuelco histórico? (24/06/2023)
Todavía hay diferencias (20/06/2023)
Ha sido la mejor prueba del fracaso comunista. Ni siquiera son capaces de montar aquello que mejor deberían hacer: rebelarse contra un gobierno que crea más problemas al país y sus habitantes, en vez de resolver los muchos que tiene encima. Han pasado más de ... 24 horas desde que la mejor unidad operativa del ejército ruso –el Grupo Wagner (hasta en el nombre se equivocaron)– marchaba hacia Moscú para saldar sus cuentas con el Ministerio de Defensa, cuando decidió cambiar de planes.
Pero seguimos sin saber si son rebeldes o no, si serán o no castigados, dónde está su comandante en jefe, un tal Evgueni Prigozhin, y si continuarán su lucha contra los ucranianos o si se trasladarán a los cuarteles que tienen en Bielorrusia y ciertos países africanos.
Se trata de mercenarios reclutados por Prigozhin, personaje más de novela (negra) que de la política o diplomacia, que tras cumplir condena por diversos delitos abrió un restaurante de «perritos calientes» en San Petesburgo, que terminó siendo el más elegante de la ciudad, entre otras cosas por ser el favorito de Putin. Ni que decir tiene que hoy es uno de los hombres más ricos de Rusia, bueno si le dejan sacarlo del banco, pues no hemos tenido noticias de él desde que mandó sus tropas a casa.
La 'Operación militar especial', como llamó Putin a su invasión de Ucrania, tiene así un desenlace parecido a sus comienzos: los cientos de kilómetros de tanques y blindados rusos dispuestos a tomar Kiev en dos semanas tuvieron que dar la vuelta, los que pudieron, quedando abandonados en las cunetas inutilizados por el fuego ucraniano centenares de ellos.
La segunda operación para detener la ofensiva ucraniana de recuperar su territorio ocupado se detiene ante lo que tiene la pinta de guerra interna en el campo ruso. Sería, desde luego, el mejor momento de retomar la ofensiva y recuperar incluso Crimea, ocupada por los rusos desde 2014. Pero todos los expertos piden prudencia. No sólo Putin, también los amigos que le quedan de la vieja Unión Soviética temen un desplome de ésta por lo que pueda afectarles y, ¡ojo!, tienen armas nucleares tácticas cedidas por Moscú.
Mejor dejarles que arreglen sus asuntos internos entre ellos, si pueden, y negociar luego el fin del conflicto ucraniano en el que hasta los rusos parecen estar hartos.