Un globo muy especial

Por último, tomo rumbo este, hacia Carolina del Sur, frente a cuya costa fue derribado por un caza norteamericano, hundiéndose en el Atlántico. Si no se lé derribo antes, como pedían muchos, fue por temor a causar daños civiles. Ahora intenta recobrarse sus restos, aunque los daños son más que nada políticos, siendo la primera victima la visita del Secretario de Estado Antony Blinden, a Pekín, que ha sido cancelada. Podía haber sido mucho peor, pero los chinos, tras disculparse, han atribuido la conmoción a las «exageraciones de algunos medios y políticos», apuntando a Trump que, ya en campaña electoral, pidió medidas más enérgicas.

Biden ha preferido evitar cualquier tipo de víctimas y cargarse el globo espía chino, como los rusos hicieron con el U-2 avión espía norteamericano derribado por los rusos el 1 de mayo de 1960, sobrevolando su territorio. Posiblemente, el mayor daño sea en Ucrania. China, que hasta ahora venía apoyando la tesis rusa, pero al mismo tiempo abogando por una solución pactada, endurecerá su política exterior con su verdadero enemigo: Estados Unidos, a quien disputa la primacía sobre el próximo escenario de la guerra fría: el Océano Pacífico, con quien tiene el mayor litigio en Hong Kong.

Que Biden se haya decidido a derribar ese globo es una advertencia a XI Jinping, que hasta ahora se ha mantenido la mar de cauteloso con Washington, para que no crea que por estar en edad de retiro, es débil. También Truman, que ocupó la presidencia tras la muerte de Roosevelt y nadie daba un centavo por él, no vaciló en acudir en ayuda de Corea del Sur al ser invadida por la del Norte. Lo que significa que la advertencia es también para Kim Jong-un que hoy lo gobierna y juega con armas nucleares como si fueran juguetes. Personajes así sólo respetan la fuerza y podría verse tentado a usarlas. Cuando puede desaparecer, con su país, si se atreve.