Salvar un planeta en llamas

La COP28 ha empezado sus trabajos en Dubái con buen pie, al anunciar la puesta en funcionamiento del fondo de pérdidas y daños para apoyar a los países menos desarrollados , una asignatura pendiente. Sin embargo, peligra el objetivo del Acuerdo de París de ... llegar al año 2030 acotando a un grado y medio la subida de la temperatura. En nuestro entorno occidental, el empeño por conseguir un planeta más sostenible se encuentra con dos tipos de obstáculos. Por una parte, lo que se puede llamar la sostenibilidad tecnocrática. Consiste en quedarse en la superficie del problema y decir que cualquier producto o servicio es sostenible para venderlo mejor. Es el 'greenwashing', que banaliza y desdibuja el grave problema climático. Por otra parte, lo que denominaríamos la sostenibilidad apocalíptica, es decir, negar que existen reformas, medidas y buenas prácticas capaces de atajar o al menos mitigar el problema. Sostener que el Estado, el mercado, la tecnología, las empresas o las instituciones internacionales tienen muy poco que hacer y de hecho son parte del problema. Este enfoque suele ir unido a una impugnación completa del capitalismo y la democracia liberal, un rechazo que apenas esconde una determinada agenda política. Por fortuna, en Europa se hace mucho desde una visión reformista, compatible con el impulso a la prosperidad económica y la protección social. Noticia Relacionada MONNET & CO. opinion Si Putin fabrica una victoria José M. de Areilza El regreso de los bárbaros a la Casa Blanca daría a los europeos una excusa para rebajar su compromisoHay algo más en lo que nos deberíamos empeñar: crear mejores instituciones globales, foros y agencias para abordar la emergencia climática, como se hizo en el ámbito del comercio o de las finanzas. En estos dos casos de éxito internacional , el papel de los expertos independientes fue muy relevante a la hora de poner los datos encima de la mesa, conformar las decisiones y vigilar su ejecución. Pero como vemos en Dubái, las negociaciones se desarrollan a través de un modelo horizontal ineficiente, en el que 200 países muy diversos deben llegar a consensos. Si queremos atajar la emergencia climática , instituciones como el Banco Mundial deberían adquirir mucho más protagonismo. Asimismo, el diálogo Estados Unidos-China y la labor del G-20 han de ser cada vez más centrales.