El aviso de Von der Leyen

La desaparición del principal opositor a Vladimir Putin, un mártir de la causa democrática, ilustra hasta qué punto Rusia se está convirtiendo en una dictadura perfecta. El régimen solo puede subsistir si suprime cualquier intento de disidencia y se legitima a través de un enemigo externo -Occidente - con un discurso imperial. Si Putin consigue la partición de Ucrania, bien por el cansancio de los aliados o gracias al regreso a la Casa Blanca de Donald Trump, elevará su amenaza sobre el resto de las fronteras europeas.

La Unión Europea tiene que hacer frente además a muchos otros riesgos globales y todavía carece de capacidades militares propias. La OTAN es muy necesaria pero no es suficiente. Joseph Weiler ha advertido que es hora de desechar la idea de que la defensa es una cuestión nacional, que no puede integrarse del mismo modo que el comercio o la agricultura. El gasto militar de los Estados miembros ha aumentado en los últimos años, por la presión estadounidense y la invasión de Ucrania, pero no hay una política común europea que supere una gran fragmentación y descoordinación, o que reduzca las importaciones de Estados Unidos. Alemania ha dado un giro histórico en su política de defensa, pero orienta sus principales compras hacia Washington.

Von der Leyen tiene muchas probabilidades de repetir mandato en la Comisión y se propone tomarse en serio la europeización de la defensa. Una idea central de la política alemana es aprender de la respuesta europea al Covid-19 y ensayar nuevas fórmulas que permitan subsidiar y coordinar la producción de armamento. No le será nada fácil en un continente en el que prima una mentalidad pacifista e ingenua, según la cual podemos depender en cuestiones energéticas de Rusia, en industria de China y en tecnología digital de Estados Unidos.