Xi Jinping llega a Francia: tensiones comerciales, manifestaciones y el fantasma de Putin de fondo

Durante toda la jornada del domingo, las minorías de la diáspora tibetana, uigur y musulmana protagonizaron un rosario de modestas pero firmes manifestaciones de protesta, muy controladas por los agentes antidisturbios franceses. Los manifestantes denunciaban la «tiranía» y la «violación totalitaria» de los derechos del hombre. Durante la mañana del lunes, varias estaciones de metro parisino fueron cerradas, para evitar nuevas acciones que pudieran molestar al presidente Xi.

A última hora de la mañana, Xi Jinping se reunió en el palacio del Elíseo con Emmanuel Macron y Úrsula von der Leyen, para abordar uno de los temas centrales de su visita de Estado: las tensiones muy duras entre Pekín, Francia y la UE.

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Alexia Columba Jerez

Durante su importante conferencia en la Universidad de la Sorbona anunciando que «Europa está amenazada de muerte», Macron insistió en sus reservas de fondo sobre el comportamiento de China en la nueva geografía del poder mundial. Días antes, la Comisión Europea abrió investigaciones sobre el comportamiento chino, poniendo trabas masivas de los industriales europeos, en China, y violando elementales normas comerciales en la escena internacional.

Las fuentes diplomáticas chinas se han apresurado a difundir un comunicado muy «optimista» sobre el encuentro de trabajo entre Xi, Macron y Von der Leyen, en el Elíseo, pidiendo «un refuerzo de la confianza estratégica mutua», para «continuar el diálogo y la cooperación». La «convergencia» y el «desarrollo» de las «relaciones estratégicas» anunciadas por Xi están muy alejadas de los puntos de vista europeo y francés.

Desde la óptica de los mejores analistas, la escala francesa de la gira europea del presidente chino confirma, por el contrario, el solapado deseo de dividir a la Unión Europea (UE), en la escena comercial mundial, ante Rusia y la guerra rusa contra Ucrania.

Tras Francia, Xi visitará Serbia y Hungría, dos Estados abiertamente pro rusos.

Las elecciones serbias del mes de diciembre pasado confirmaron el alejamiento político y diplomático de Belgrado de una UE que había llegado a «soñar» con el ingreso serbio en la Unión.

Las «conexiones» entre Hungría y la Rusia de Putin tienen muchas ramificaciones diplomáticas, militares y económicas, de Kiev a Madrid. En París, el presidente chino «coquetea» con un presidente francés que espera su «apoyo» para «flexibilizar» a Putin. En Belgrado y Budapest, Xi apoya expresamente a los mejores aliados de Moscú contra Europa occidental.