Trump toma las riendas del alto el fuego en Gaza con un ultimátum a Netanyahu

El vicepresidente J. D. Vance, el enviado Steve Witkoff y Jared Kushner estuvieron en Israel en los últimos días. Tras su salida, el secretario de Estado, Marco Rubio, continuó las gestiones sobre el terreno. La delegación estadounidense presionó al primer ministro, Benjamin Netanyahu, para que respete los compromisos del acuerdo y revierta las decisiones que afectan a su aplicación práctica.

Washington exigió la reapertura de la entrada de ayuda humanitaria en Gaza y transmitió el descontento de Trump por los últimos ataques aéreos israelíes. Estados Unidos también ha advertido a Hamás de que, si viola el acuerdo, enfrentará una respuesta militar coordinada con países árabes y musulmanes.

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Durante su visita, Vance calificó de «insulto» la votación en la Knéset para respaldar la anexión de partes de Cisjordania. El vicepresidente pidió paciencia respecto a la devolución de los restos de los 28 rehenes fallecidos. De los 20 rehenes vivos liberados tras la entrada en vigor del acuerdo, solo han sido devueltos 15 cuerpos.

La Casa Blanca expresó su malestar por una serie de ataques atribuidos inicialmente a Gaza que, según información posteriormente verificada por Estados Unidos, se originaron en un incidente accidental provocado por un civil israelí en la frontera. El equipo de Trump trasladó a Netanyahu que está siguiendo de cerca los movimientos en la Franja.

Estados Unidos ya ha inaugurado un centro de coordinación civil-militar en Israel, con 200 efectivos desplegados para supervisar la tregua y preparar la segunda fase del plan. Esa fase contempla el despliegue de una fuerza internacional de estabilización y la creación de un comité tecnocrático palestino que administrará Gaza bajo la supervisión de una junta presidida por Trump.

Estados Unidos, el Reino Unido y Francia ultiman resoluciones en el Consejo de Seguridad para otorgar a esa fuerza un mandato de Naciones Unidas. Washington no aportará tropas. El mando de la fuerza no está decidido. Egipto es el candidato más probable, aunque aún no ha aceptado formalmente y ha planteado condiciones. Israel reclama derecho de veto sobre la composición de la fuerza y sobre el comité palestino.

Hamás ha indicado que aceptaría un desarme parcial condicionado a garantías sobre la retirada israelí, a la definición de las armas que entregaría y a la protección frente a futuros ataques.

Witkoff declaró que los próximos 30 días son cruciales para consolidar la tregua. Rubio señaló antes de su llegada a Israel que «queda mucho trabajo por hacer».

Trump ya había advertido directamente a Netanyahu el 4 de octubre para que aceptara el acuerdo. La mediación estadounidense se cerró con Qatar, Egipto y Turquía, días antes del segundo aniversario de la guerra. Según Fox News y 'Time', Trump trasladó al primer ministro israelí que no continuaría brindándole respaldo si se oponía.

Netanyahu aceptó el acuerdo, que incluye la retirada de tropas israelíes y el desarme de Hamás, además de la devolución de los rehenes. La presión estadounidense se intensificó tras ataques israelíes en Doha, Qatar, considerados problemáticos por haberse producido en territorio de un aliado estadounidense.

Trump viajó posteriormente a Israel, donde participó en un acto en la Knéset, y a Egipto, donde celebró la firma de la primera fase del alto el fuego el 13 de octubre en Sharm el-Sheij. Según ha dicho públicamente, el siguiente objetivo de la Casa Blanca es trasladar el impulso diplomático al frente de Ucrania. Para ello se reunió la semana pasada con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski y con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.