Javier Milei, de tertuliano excéntrico y azote de «la casta» a la Casa Rosada

La carrera de Milei a la presidencia ha sido meteórica –logró armar su partido, La Libertad Avanza, en menos de dos años–, pero durante largo tiempo adquirió fama tras figurar como comentarista en varias emisiones televisivas.

El político de libertario –que reniega del mundo de la política, a la que se refiere como «la casta»– adquirió su fama en el país sudamericano tras ser requerido en los medios como economista y tras lanzar frases polémicas en los medios. Sus rasgos excéntricos y su discurso extremista lo han llevado a captar la atención de las audiencias, algo que ha sabido aprovechar para su carrera a la Presidencia.

El economista cumplió 53 años el día de la primera vuelta electoral –que tuvo lugar el pasado 22 de octubre- y durante su juventud soñaba con dedicarse a la música, algo que finalmente jamás pudo lograr. Sus ideas, de corte neoliberal, incluyen un fuerte recorte en los gastos del Estado, la disolución de varios ministerios, el reemplazo del peso argentino por el dólar estadounidense y la venta de órganos.

Gran parte de su campaña electoral estuvo destinada a las estrategias en redes sociales y en cooptar un público joven que, desencantado por las fallas del kirchnerismo, buscaba una alternativa que le permitiera soñar con un futuro mejor.

Una de sus grandes aliadas a lo largo de toda su campaña electoral ha sido su hermana, Karina Milei, a quien él se refiere como «el jefe». Si bien en las últimas semanas se ha visto al economista junto a sus padres, la relación con ellos es tensa y pasaron más de siete años sin hablarse. Milei llego a decir en los medios que para él «estaban muertos».

En cuanto a sus propuestas electorales, una de las principales consiste en el recorte de los gastos del Estado, lo que lo llevó a hacer gran parte de su campaña electoral con una motosierra en la mano. También se pronunció públicamente en favor de la libre venta de armas y de órganos.

Su biografía no autorizada «El loco», del periodista argentino Juan Luis González, da cuenta de la afición del economista por la magia y el espiritismo. En este sentido, el libro se refiere a su convicción cuasi religiosa de ser «el elegido», además de su participación en sesiones espiritistas de las que –entre otras curiosidades- el excéntrico candidato habría participado para comunicarse con una de sus mascotas fallecidas. Según el periodista, el candidato estaría seguro de sus poderes místicos. «Milei está convencido de que Dios lo eligió como líder mesiánico», asegura el libro.

Excéntrico, sin experiencia política y con escasas relaciones familiares. Estos son algunos rasgos del flamante presidente que, pese a lo que muchos pensaban en un inicio, podrían haberle jugado a favor a la hora de obtener el triunfo que lo llevó a la presidencia.