Italia reanuda el envío de inmigrantes a Albania con un barco casi vacío

Por el momento, el plan Albania del Gobierno italiano, fundamental en la estrategia contra la inmigración irregular, no está obteniendo los resultados esperados. La primera ministra confía en que el balance terminará siendo positivo, pero antes deberán resolverse los obstáculos que están planteando varios tribunales. Hasta el momento, jueces de Roma, Bolonia, Catania y Palermo plantean que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea debe pronunciarse sobre la legitimidad del decreto ley del Ejecutivo italiano sobre los 19 «países seguros». La Corte de Justicia de la Unión Europea estableció el 4 de octubre que sólo pueden considerarse seguros aquellos países en los que se reconoce «de manera general y uniforme» el respeto a los derechos humanos y a la seguridad de todas las personas en todo el territorio nacional. Jueces italianos han dictaminado que en algunos de los países considerados 'seguros' en la lista del Gobierno italiano, hay minorías que no ven respetados sus derechos. La norma establecida por el Tribunal de Justicia Europeo se mantendrá hasta el 2026, cuando entre en vigor el Pacto de Migración y Asilo aprobado por el Parlamento Europeo. Pero el Ejecutivo Meloni y otros gobiernos europeos están presionando para que ese Pacto entre cuanto antes en vigor.

El ministro del Interior, Matteo Piantedosi, ha justificado el exiguo número de inmigrantes transportados por la nave Libra en su segundo viaje a Albania por esta razón: «Las condiciones que deben cumplirse son muy estrictas y esto significa que el número de inmigrantes acogidos se calibra por defecto y no por exceso». Mientras solo 8 personas cruzan el mar Adriático para ser trasladadas a los dos centros albaneses, otras 813 inmigrantes han llegado a la isla de Lampedusa desde el 5 de noviembre en varias pateras. Los partidos de oposición critican duramente al Gobierno Meloni el plan Albania, cuyo coste se calcula en unos 800 millones de euros para un periodo de cinco años. Consideran que es un gasto absurdo, porque los inmigrantes llevados a Albania son una parte irrelevante del flujo de personas que cruzan el Mediterráneo para llegar a las cosas italianas.

El Gobierno se defiende señalando que, a pleno rendimiento, por los dos centros de Albania pasarán cada año unos 36.000 inmigrantes para ser repatriados, lo que tendrá un gran efecto disuasorio para evitar que muchas personas se lancen a la aventura de cruzar el Mediterráneo. Por otro lado, el Gobierno Meloni defiende con datos el éxito de su política migratoria, reduciendo en más del 60% las entradas de irregulares en Italia: Desde el inicio del 2024 hasta el 7 de noviembre han llegado 57.787 inmigrantes a las costas italianas, frente a 145.848 en el mismo periodo del año anterior.