Israel vuelve a asaltar el hospital Al Shifa en busca de mandos de Hamás

Biden y Netanyahu mantuvieron este lunes una conversación telefónica, la primera en más de un mes

Scholz obtiene garantías de Netanyahu de que no habrá ofensiva en Rafah mientra haya refugiados

El Ejército de Israel presenta un «plan de evacuación» para Rafah ante la inminente operación a gran escala

Un grupo de palestinos huye del norte de la franja de Gaza tras el ataque israelí contra el hospital de Al Shifa reuters

Mikel Ayestaran

Corresponsal en Estambul

Israel volvió a golpear en Al Shifa y acusó a Hamás de intentar reagruparse en el hospital de referencia de Gaza, que el Ejército ya asaltó con anterioridad el 5 de noviembre. Las fuerzas de seguridad israelíes indicaron a media tarde que «veinte terroristas ... han sido eliminados en diversos enfrentamientos y decenas de sospechosos detenidos están siendo interrogados». La operación se lanzó durante la noche del domingo al lunes «tras haber recibido información de Inteligencia concreta que exigía acción inmediata», en palabras del portavoz militar Daniel Hagari. El principal objetivo fue Faiq Mabhouh, a quien el Ejército presentó como «comandante de Hamás encargado de la seguridad interna» y acusó de «esconderse en el hospital para preparar actos terroristas».

La jornada fue muy larga en un complejo hospitalario que poco a poco había recuperado la normalidad y se había convertido de nuevo en centro de atención para los cientos de miles de gazatíes que no han abandonado el norte de la Franja. El regreso de los tanques y los militares recordó a todos que, aunque el frente se centra en Jan Yunis y Rafah, Israel puede aparecer en cualquier momento con toda su fuerza. El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, mostró su preocupación por lo sucedido y recordó a las partes en conflicto que «los hospitales no pueden convertirse en campos de batalla».

Israel no permite la entrada a Gaza de prensa internacional. En el transcurso del asalto a Al Shifa detuvo al reportero de Al Jazira Ismail Alghoul y destrozó el vehículo empleado por la cadena de Qatar para transmitir vía satélite. Testigos presenciales aseguraron que la detención fue violenta y su cadena exigió a los militares su inmediata liberación. Desde el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) condenaron la detención y apuntaron que «los ataques a vehículos y medios de comunicación parecen un intento deliberado de evitar que se documente el asalto al hospital».

El asalto se produjo antes que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, mantuvieran una conversación telefónica, la primera tras un mes de silencio provocado por las tensiones que han surgido por el alcance de la intervención miliar.

Hambruna en el norte

La retirada de los soldados de Israel de las calles del norte de la Franja devolvió una sensación de aparente normalidad dentro de la devastación absoluta provocada por los bombardeos. A diferencia del sur, allí apenas llega ayuda humanitaria y es donde los organismos humanitarios alertan del riesgo inminente de hambruna. Durante el fin de semana se consiguió que entraran varios camiones de ayuda de UNRWA y el reparto se realizó en orden gracias a la presencia de fuerzas de seguridad locales que, según periodistas palestinos consultados, actuaban bajo el mando de Mabhouh, alto mando de una policía que no puede reaparecer en las calles porque Israel vincula con Hamás. El grupo islamista también emitió un comunicado para lamentar la pérdida de la persona que había garantizado «el reparto seguro de ayuda».

El asalto al hospital coincidió con la presentación de un informe respaldado por la ONU de la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (IPC) que mostró que el hambre ha alcanzado niveles «catastróficos» para 1,1 millones de personas en Gaza. El estudio recoge que de aquí al mes de mayo se espera la declaración oficial de hambruna en la parte norte de Gaza. El máximo responsable de UNRWA, Philippe Lazarini, declaró que «la única manera de revertir la situación es abrir más cruces terrestres e inundar el enclave con alimentos». El secretario general de la ONU, António Guterres, hizo alusión al informe y lamentó que «este es un desastre totalmente provocado por el hombre y el informe deja claro que se puede detener».

El director de la OMS insistió en que los hospitales no pueden convertirse en «campos de batalla»

Israel no solo no atendió las peticiones de Lazarini, sino que ni siquiera le permitió visitar Gaza. Lazarini denunció que le impidieron el acceso desde Rafah pese a que «UNRWA tiene, con diferencia, la mayor presencia entre todas las organizaciones humanitarias en Gaza. Se suponía que mi visita coordinaría y mejoraría la respuesta humanitaria (…) Esta hambruna es una mancha para la humanidad».

Israel negó esta información, pero Lazarini se quedó sin poder cruzar a la Franja. Los israelíes mantienen un pulso abierto con la agencia de la ONU para los refugiados palestinos y acusó a varios de sus miembros de participar en el ataque del 7 de octubre contras las comunidades vecinas a la Franja. En ese ataque 1.200 israelíes perdieron la vida y más de doscientos fueron capturados por Hamás y otras facciones palestinas.

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