¿Por qué Israel e Irán han dado un paso atrás en su indiscreta confrontación?

Israel no podía dejar de responder al ataque sin precedentes lanzado directamente desde territorio de Irán, por mucho que haya sido capaz de hacer todo un alarde de su sofisticada defensa antiaérea. Al concentrarse en un solo objetivo en Isfahan, Israel ha podido demostrar que es perfectamente capaz de alcanzar blancos dentro del territorio iraní con un número de armas mucho más reducido, pero muy superior al arsenal acumulado por Teherán. Es decir, una demostración de fuerza 'quirúrgica' sin llegar a tocar el programa nuclear iraní.

Esta moderación permite al Gobierno de Israel, tan cuestionado por la campaña de Gaza, mantener el respaldo de sus aliados y concentrarse en la respuesta a la ofensiva terrorista de Hamás. Aunque no hay que olvidar que ha sido el Gobierno de Netanyahu el que ha multiplicado los riesgos al bombardear el consulado iraní en Damasco el pasado 1 de abril, matando entre otros a tres altos mandos de la Guardia Revolucionaria. A partir de ahora, la clave es qué va a pasar cuando Israel vuelva a atacar activos iraníes en países como Siria.

Irán, por supuesto, ha demostrado su voluntad de bailar el tango de la desescalada. La reacción del régimen ha sido de que aquí no ha pasado nada. Al no reconocer el ataque israelí, con el mensaje de que en «Isfahán siempre hace sol», el régimen de Teherán también quiere volver al punto de partida pero en una región en la que árabes y judíos están más unidos que nunca contra la amenaza que representa la república islámica.