egipto se prepara para una posible crisis de refugiados
Israel cree que hay 6.000 terroristas de Hamás escondidos en Rafah
Supondrían una cuarta parte de los efectivos que tenía el grupo radical al comienzo de la guerra
Israel toma el control del lado palestino del paso fronterizo de Rafah e iza su bandera
El Ejército israelí ordena la evacuación de una parte de Rafah para preparar el asalto terrestre
Netanyahu asegura que invadirán Rafah «con o sin acuerdo» de alto el fuego
Israel afirma haber desmantelado 18 de los 24 batallones con que contaba Hamás al comienzo de la guerra, hace seis meses, lo que significa que al menos seis de ellos -es decir, unos seis mil milicianos radicales- se mantienen en activo y organizados en su último bastión, la localidad de Rafah, en la frontera con Egipto ... .
El volumen de la resistencia explicaría el empecinamiento del primer ministro israelí, Netanyahu, en invadir y conquistar Rafah, en el contexto de lo que califica como única salida posible al final de la guerra: «La victoria completa» sobre Hamás.
En ese marco, que también comparten los altos mandos del Ejército hebreo, las conversaciones de «tregua a cambio de rehenes» (se calcula que quedan en manos de Hamás unos 130, de los más de 200 civiles capturados en su día) son secundarias. Netanyahu está dispuesto a conceder un alto el fuego de días, o como máximo de semanas, pero nunca a poner fin a la guerra y ordenar la retirada en esta fase del conflicto. Por una sencilla razón: el Gobierno israelí -no solo el primer ministro- está convencido de que lo que queda de Hamás volvería a hacerse con el control de la Franja, y volvería a repetir ataques letales como el de octubre del año pasado. La carta fundacional del grupo radical palestino estableció en 1988 la 'aniquilación del Estado de Israel', y abolir ese punto sería autodestruirse.
La ofensiva contra Rafah para desmantelar los últimos batallones de Hamás tiene muchos puntos negros. El más importante es la concentración de civiles refugiados en un territorio mínimo; antes de la guerra vivían en Rafah 300.000 palestinos, ahora son 1,2 millones por el desplazamiento de habitantes del norte.
Riesgo de matanza
La ONU alerta de que una ofensiva israelí provocaría «centenares de miles de bajas civiles». La única respuesta que ofrece el Gobierno israelí es solicitar a la población de Rafah que se traslade hacia zonas ya arrasadas por la guerra, donde no hay luz ni agua potable.
Cabe la posibilidad de que Egipto abra la frontera y acoja a centenares de miles de palestinos: una opción que El Cairo descarta oficialmente, mientras puertas adentro hace preparativos para lo inevitable.
Antes de la guerra, vivían en Rafah 300.000 palestinos; ahora son 1,2 millones, después del desplazamiento de habitantes del norte
La suerte de miles de civiles palestinos en la que podría ser la 'última batalla convencional' de la guerra de Gaza no es un motivo superior de preocupación en los planes del Gabinete de coalición israelí, pese a la presión en los campus occidentales. Tampoco el destino de los últimos rehenes israelíes con vida en manos de Hamás.
Netanyahu quiere la «victoria definitiva» y eso pasa por arrasar el último refugio de varios batallones de Hamás. No será, dicen los expertos, el final de la guerra, porque en zonas ya conquistadas siguen los choques esporádicos con Hamás, tanto en la vecina Jan Yunis como en el norte. Pero, después de Rafah, esa sería una fase distinta del conflicto, que podría ser aún más letal que la actual para el Ejército israelí.