Irrumpe en Francia una ultraderecha con posiciones más radicales que Marine Le Pen
El giro moderado de la líder de Agrupación Nacional, en el primer grupo parlamentario de oposición, ha acelerado la aparición de grupúsculos más extremistas
La extrema derecha se beneficia de la crisis nacional que sufre Francia
Corresponsal en París
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Iniciar sesiónLa última manifestación de tres de esos grupúsculos, Groupe union défense (GUD), las Jeunesses nationalistes révolutionnaires (JNR) y el Comité du 9-Mai (C9M), el fin de semana pasado, ha provocado un debate nacional sobre sus actividades, proyectos y acciones públicas.
GUD, JNR y C9M defienden la «revolución nacional», denuncian el «imperialismo de los EE.UU.», se proponen «combatir» el «multiculturalismo que está destruyendo Francia», sin ocultar sus orígenes expresamente neo nazis y neo fascistas, que defienden con «orgullo».
La última manifestación de ese trío ultra estuvo oficialmente autorizada por el ministerio del Interior, en nombre de «la libertad de opinión y manifestación». No hubo incidentes. Sin embargo, el desfile de manifestantes ultra que ocultaban su rostro, encapuchados, enarbolando banderas asociadas a la «reconquista» del «orden nacional», ha provocado una tormenta de reacciones muy críticas.
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Ante la virulencia de esas reacciones, de la extrema izquierda a la extrema derecha, Gérald Darmanin, ha escrito oficialmente a todos los prefectos de Francia (representantes del Estado en los departamentos), ordenándoles que prohíban las manifestaciones de extrema derecha ultra.
Acontecimiento político revelador, Marine Le Pen, hija de Jean-Marie Le Pen, el líder que unió y federó a todas las extremas derechas francesas, unidas en su partido, el difunto Frente Nacional (FN), ha criticado con severidad la manifestaciones de los grupúsculos ultra: «Se trata de provocaciones intolerables. En nuestra República, no se manifiesta con la cara tapada con una capucha. Esa gente no tiene nada que ver conmigo ni con mi partido. Se trata de manifestaciones inadmisibles. La extrema izquierda intenta engañar a la opinión pública dejándose llevar por la difamación».
Algunos de los grupúsculos ultra que están «renaciendo» estuvieron ligados, hace años, a los orígenes del Frente Nacional (FN) de Jean-Marie Le Pen. Marine, como la llaman sus fieles, decidió romper con esa tradición, incluso llegó a expulsar a su propio padre, cambiando de nombre al partido familiar, que pasó a llamarse Agrupación Nacional.
GUD, JNR y C9M no son los únicos grupúsculos ultra, a la derecha de la extrema derecha de Marine Le Pen. Reconquête es un micro partido creado por un antiguo periodista ultra, Éric Zemour, que aspira a robar a Agrupación Nacional una parte de su electorado tradicional.
Le Pen y Zemour se odian políticamente con pocos matices. Le Pen dice de su rival que es un «fracasado» incapaz de hablar con un obrero. Zemour dice de su enemiga que «está destruyendo la obra de su padre y nunca llegará a nada».
Con 89 escaños, en una Asamblea Nacional (AN) de 577 diputados, el grupo parlamentario de Agrupación Nacional (extrema derecha) es la primera fuerza política de oposición. Marine Le Pen, por su parte, se cotiza en todos los sondeos, como la única personalidad capaz de derrotar a Emmanuel Macron en un nuevo duelo presidencial. Desde hace años, una mayoría de los obreros franceses votan al partido de la familia Le Pen. La aparición de grupúsculos ultra parece acentuar un giro a la derecha de la derecha tradicional de la sociedad francesa.
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