Irlanda elige nuevo Gobierno, con el reto de la inmigración y la crisis de la vivienda

El actual primer ministro y líder de Fine Gael, Simon Harris, conocido como el 'Taoiseach de TikTok' por su habilidad para comunicarse en redes sociales, asumió el cargo en marzo de este año. Sustituyó a Leo Varadkar en una transición pactada dentro de la coalición, que estableció la rotación del puesto de taoiseach a mitad del mandato. Harris, que ha rejuvenecido la imagen de su partido y revitalizado su posición en las encuestas, enfrenta ahora el reto de intentar prolongar la permanencia de Fine Gael en el poder por un cuarto mandato consecutivo.

El sistema político del país ha estado dominado durante más de un siglo por dos partidos de centro-derecha: Fine Gael y Fianna Fáil. Durante décadas fueron rivales, pero tras las elecciones de 2020 se vieron obligados a formar un gobierno conjunto para superar el estancamiento parlamentario. A este inusual dúo se sumó el Partido Verde, en un acuerdo que buscaba equilibrar las necesidades de gobernabilidad con las crecientes demandas por políticas ambientales. Sin embargo, la coalición ha enfrentado un desgaste significativo, particularmente en cuestiones como la crisis de vivienda, de la sanidad, el costo de vida y la inmigración.

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Uno de los actores clave de estas elecciones es Sinn Féin, el partido republicano de izquierda liderado por Mary Lou McDonald. En 2020, Sinn Féin sorprendió al ganar el voto popular y quedar en segundo lugar en escaños, desafiando la hegemonía de Fine Gael y Fianna Fáil. Con un discurso enfocado en justicia social y la reunificación de Irlanda, Sinn Féin captó el apoyo de jóvenes y sectores descontentos con el 'statu quo'. No obstante, el partido ha perdido terreno en los últimos meses, con encuestas recientes situándolo en torno al 20% de intención de voto, una caída notable respecto a su pico del 36% en 2022. Los últimos sondeos reflejan un panorama fragmentado y competitivo. Fine Gael ha visto caer su apoyo del 25% al 20%, mientras que Fianna Fáil, liderado por Micheál Martin, se mantiene ligeramente por delante con un 21%. El resto del voto se distribuye entre Sinn Féin y otros partidos pequeños e independientes, que podrían alcanzar un combinado 21%. Ninguna fuerza política está cerca de obtener la mayoría absoluta.

El sistema electoral irlandés, basado en representación proporcional con voto transferible, añade una capa de complejidad al proceso. Los votantes clasifican a los candidatos por orden de preferencia, marcando con un «1» su primera opción, un «2» la segunda, y así sucesivamente. Este método permite que los votos se transfieran a otras preferencias si el candidato inicial del votante ya alcanzó el umbral necesario o es eliminado. Esto implica que el recuento de votos se prolongará por varios días, como ocurrió en el 2020, y con más de 700 candidatos para ocupar los 174 escaños del nuevo parlamento, las negociaciones para formar gobierno podrían extenderse hasta después de Navidad.

Los temas que dominan la campaña reflejan las principales preocupaciones de la sociedad irlandesa. La crisis de vivienda es uno de los más urgentes, con alquileres prohibitivos y dificultades para acceder a la propiedad. Otro tema crucial es el costo de vida. La inmigración, por su parte, ha surgido como un tema altamente divisivo. Este año, Irlanda registró el mayor número de llegadas de personas migrantes desde 2007.