Qatar anuncia que Israel y Hamás han prolongado durante dos días su tregua

En la cuarta jornada de tregua se repitieron los nervios del sábado, aunque en esta ocasión los problemas comenzaron a primera hora del día y no en el último instante, cuando todo estaba listo para el intercambio. Nada más recibir la lista con los once nombres, Israel manifestó sus diferencias con la propuesta de Hamás. El problema principal fue la separación de varios niños de sus madres, según revelaron fuentes próximas a la negociación al diario 'The Times of Israel'. Los israelíes acusaron al enemigo de no cumplir lo acordado, ya que el texto pactado recogía que Hamás no separaría a las madres de sus hijos, algo que ya hizo también el sábado al poner en libertad a la pequeña Hila Rotem Shoshani sin su madre.

Qatar y Egipto trabajaron contra el reloj durante todo el día para acercar posturas, habilitar el cuarto intercambio e intentar expandir la pausa humanitaria más de allá de los cuatro días. La extensión de la tregua llegó al tiempo en el que Israel informó a las familias de que el cuarto intercambio estaba en marcha y se realizaría a lo largo de la noche. Completada esta fase, llegaría el turno para los presos palestinos.

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El alto el fuego resulta imprescindible para la entrada y distribución de ayuda y la liberación de rehenes. Cada día sin bombas permite la entrada de doscientos camiones con ayuda humanitaria y de combustibles y gas a través del paso de Rafah y esto se mantendrá durante las próximas 48 horas. Ninguna de las partes presionó demasiado para acabar con la pausa y volver a los enfrentamientos y tanto desde Hamás como desde Israel los mensajes a lo largo del día fueron de disposición a alargar la tregua. Esto se consumó a media tarde con el anuncio de Qatar, erigido en el gran mediador de este conflicto, un actor capaz de dar garantías a los dos bandos enfrentados en un momento de máxima desconfianza.

Según el acuerdo entre las dos partes, Hamás puede obtener prórrogas de 24 horas por cada grupo de diez rehenes extra que entregue a partir de esa cifra de cincuenta que figura en el documento original. Israel, a cambio, mantendrá la liberación de tres presos palestinos por cada rehén. Cuando concluya el proceso del cuarto intercambio, ambas partes habrán cumplido con su compromiso de cincuenta rehenes israelíes a cambio de 150 presos palestinos, todos ellos mujeres y menores de edad y la mayoría encerrados sin juicio y sujetos al sistema de la detención administrativa que aplican los militares a los palestinos en los territorios ocupados.

En esta ecuación de cambios no entran los soldados capturados el 7 de octubre por Hamás, considerados prisioneros de guerra y por cuya liberación pide a cambio vaciar las cárceles israelíes de presos palestinos.

En los primeros tres días de tregua, los islamistas liberaron además a otros 19 rehenes, 17 de ellos tailandeses, gracias a la mediación de Irán, un filipino y un ciudadano con doble ciudadanía ruso-israelí, por petición de Moscú. Hamás sigue sin aclarar el número total de rehenes que hay en Gaza y Qatar advirtió que un posible desafío a la hora de ampliar el acuerdo puede ser el problema para localizar a los rehenes, algunos de los cuales fueron capturados por otras facciones palestinas como Yihad Islámica.

En medio del debate sobre si alargar o no el alto el fuego, el diplomático Michael Oren explicó en un artículo de opinión en 'The Times of Israel' que se trata de un dilema en que «o damos prioridad a restaurar nuestro poder de disuasión y devolver a los más de 200.000 israelíes desplazados a sus hogares, o nos centramos principalmente en garantizar la libertad de los rehenes. O convencemos a Irán y sus representantes de que nunca más nos ataquen y persuadimos a más países árabes para que hagan las paces con un Estado judío indomable, o cumplimos el juramento de Israel de no abandonar nunca a nuestros compañeros israelíes».

El exembajador israelí en Estados Unidos abrió la puerta a una solución que pasaría por «ofrecer a Hamás paso libre desde Gaza (recordemos la evacuación de la OLP de Beirut en 1982) a cambio de la liberación de los rehenes. Los terroristas pueden zarpar hacia Argelia, Libia o Irán. Nuestros cautivos estarán unidos con sus familias».

Con todos los ojos puestos en Gaza, el frente de Cisjordania se desangra. Desde el inicio de la guerra, Israel ha matado a 223 palestinos, 56 de ellos menores de edad, según datos de Naciones Unidas. Ocho de las víctimas, entre ellas un niño, han muerto por disparos de unos colonos que operan con total impunidad en los territorios ocupados. Mientras la comunidad internacional apoya la solución de los dos Estados, uno israelí y otro palestino, los sectores más radicales del Gobierno de Netanyahu apuestan abiertamente por la anexión de Cisjordania y la reocupación de Gaza.