Inna Afinogenova, la reina de la propaganda rusa

«Llegará enero, después febrero y marzo, acabará 2022 y seguro que en los medios seguirán leyendo que la invasión es inminente. El cartel de 'hoy no se fía, mañana sí' en versión política. Quienes advierten una y otra vez de una inminencia que nunca llega, no lo hacen por ignorancia, sino porque lo tienen perfectamente calculado». Rusia invadió, Ucrania perdió a ocho millones de refugiados y han muerto hasta hoy más de 8.000 personas.

Curiosamente, la invasión que venía meses negando fue el punto de inflexión de Afinogenova, que salió de Rusia, desapareció unas semanas y emergió en España contratada por Iglesias primero para su podcast en 'Público' y ahora para su nuevo canal. Nunca dijo Afinogenova en la web que gestionaba en Rusia una sola palabra sobre posibles desavenencias con sus antiguos patronos. Sí que admitió por medio de redes sociales que muchos de los guiones de sus vídeos le venían escritos por otra persona, Mirko Casale, que no abandonó RT cuando lo hizo ella.

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Las manipulaciones de Afinogenova siguen ahí, en la hemeroteca, a pesar de las restricciones que Washington y Bruselas pusieron a la desinformación del Kremlin. Las afirmaciones de que Ucrania es neonazi. Las defensas de los dictadores de Venezuela y Cuba. Las negativas de que Putin, que manda desde 1999, se haya perpetuado en el poder. Como la definió Leon Krauze en el 'Washington Post', Afinogenova fue «la principal propagandista de Rusia en América Latina».

Ahora ha revelado Marc Marginedas en 'El Periódico' que viejos compañeros de RT confirman lo que para muchos era patente durante años: que Afinogenova manipulaba informaciones, bien a iniciativa propia o a dictado de sus superiores, para beneficiar al Kremlin y promover sus intereses en España y América Latina. En ese caso, se negó a contrastar una falsa información que, por absurdo que se antoje, mantenía que los rebeldes sirios se habían atacado a sí mismos con armas químicas.

Marginedas sabe de lo que habla porque como muchos otros periodistas y corresponsales con una vasta experiencia en Moscú, ha sido objeto de los mordaces ataques de Afinogenova, que desde sus exitosos vídeos apuntaba hacia aquellos medios en español – esta casa, 'El Mundo', 'El País', 'El Diario', TVE– que sólo buscaban hacer su labor e informar honestamente sobre Moscú.

Debo revelar que me cuento entre los atacados: no son pocos los vídeos que me ha dedicado, ninguno de ellos laudatorio. El motivo es que Afinogenova y la web que subdirigía fueron parte crucial del entramado ruso que agravó la crisis de la independencia catalana, algo que revelé e investigué hace algunos años, y sobre lo que pronto se publicará una amplia investigación en el seno del Europarlamento. Mapas con falsos reconocimientos en Europa al nuevo país catalán, titulares sobre tanques en Barcelona, falsas cifras sobre heridos en el referendo de 2017… todo eso lo permitió Afinogenova. Cuando juzguen hoy su trabajo, vale la pena tener en cuenta de dónde viene, para hacerse una idea de por qué está hoy con Iglesias.