Un informe sobre islamofobia en Europa financiado por Erdogan critica abiertamente a la «extrema derecha española»

El 'Informe sobre la islamofobia en Europa 2022', que viene publicándose desde 2015, sigue sin definir con precisión ese concepto, que sigue dejado al criterio de la víctima de ataques verbales o físicos solo por su condición de musulmán. A partir de denuncias, muchas veces anónimas, y de supuestos estudios sobre el terreno en 23 países europeos, el grupo de oenegés de la Fundación para la Investigación Social Política y Económica –con sede en Ankara– afirma que los ataques contra musulmanes siguen progresando en la calle, los medios de comunicación y las escuelas.

Una de las quejas más amargas del informe se refiere a la supuesta «buena acogida a los refugiados ucranianos» en países de la Unión Europea, como consecuencia de la guerra. También se denuncia la cobertura del Mundial de Fútbol de Qatar (noviembre y diciembre del año pasado) por parte de los medios europeos, por sus críticas a «aspectos culturales y sociales del mundo árabe», una velada mención a la discriminación rampante de la mujer en Oriente Próximo y los abusos contra los derechos humanos.

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En la descripción de los prejuicios contra los musulmanes en los 23 países analizados, el informe destaca Francia como la nación 'más islamófoba' de Europa, por su negativa a que las niñas musulmanas porten el velo islámico en las escuelas pública, asunto en el que existe un consenso amplio en la clase política gala.

España recibe también un severo varapalo por las excepciones al uso del velo que han obtenido ante la Justicia algunos institutos y colegios concertados. Al menos en una veintena de ocasiones el informe de la fundación turca critica a la 'extrema derecha española', por su preocupación respecto a la 'identidad nacional española' a costa de 'fomentar los prejuicios contra los musulmanes'.

La fundación (SETA por sus siglas en turco) fue creada en 2006 como una en entidad independiente, pero según la radio oficial alemana, la Deustche Welle, está controlada por el presidente turco Tayyip Erdogan, que lleva 20 años en el poder y acaba de ser reelegido para otro mandato. Su partido, el AKP –islamista aunque respetuoso con las reglas democráticas de la Constitución laica turca–, aspira a ser un referente no solo de los millones de turcos emigrados a Alemania sino para todos los musulmanes que viven en Europa.