India: el desarrollo en pausa

lAS CONSECUENCIAS DEL FIN DE USAID (IIi)

La presencia de Usaid en el país fue una constante silenciosa pero clave en todos los ámbitos del país

República Democrática del Congo: la fractura perpetua

Colombia: una paz sin raíces

Ucrania: la ayuda que también se fue

Chhattisgarh, India. Niños y niñas asisten a clase en una escuela rural apoyada por ONG locales con financiación de Usaid. La retirada de la agencia estadounidense ha puesto fin a numerosos programas educativos en zonas de difícil acceso, afectando directamente a la escolarización infantil Fotografía y textos: Álvaro Ybarra Zavala

Durante años, Usaid fue una presencia silenciosa pero constante en India. Estaba en las aulas rurales, en las clínicas de salud comunitaria, en los campos de cultivo. No ocupaba portadas ni titulares, pero ayudaba a que muchas cosas funcionaran donde el Estado no siempre ... llegaba. Esa red, construida con paciencia y alianzas locales, se rompió de golpe a comienzos de 2025.

El cierre repentino de sus programas dejó proyectos a medio camino, trabajadores sin empleo y comunidades sin apoyo. En pocos días, clínicas cerraron sus puertas, escuelas suspendieron actividades, y cientos de ONG quedaron en el aire. Lo que había tardado años en construirse, se desmontó en semanas.

En salud, el golpe fue inmediato. Las clínicas Mitr, pioneras en atender a personas transgénero con dignidad y profesionalismo, desaparecieron de ciudades como Hyderabad o Pune. Los programas contra la tuberculosis y el VIH, que habían logrado avances importantes en prevención y tratamiento, se frenaron. En las zonas rurales, muchas mujeres dejaron de recibir atención médica básica durante el embarazo o el parto. Volver a empezar desde cero no será fácil.

Calcuta, India. Un centro de distribución de alimentos. Estas iniciativas contaban con apoyo parcial de Usaid. Tras la retirada de la agencia, muchos centros similares han visto reducida su capacidad operativa o han cesado su actividad Álvaro ybarra

También la educación sintió el corte. Usaid apoyaba la alfabetización de millones de niños y la formación de docentes en nuevas metodologías. Hoy, muchos de esos profesores se han quedado sin apoyo, y en las aulas rurales se nota la falta de materiales, seguimiento y motivación.

En el campo, los agricultores pierden más que ayuda técnica. Pierden herramientas para adaptarse al cambio climático, acceso a información vital, y programas que mejoraban sus ingresos. La seguridad alimentaria en algunas regiones empieza a resentirse.

Chhattisgarh, India. Un equipo médico rural atiende a pobladores en una aldea remota del estado. Con la suspensión del apoyo financiero de Usaid, muchas comunidades han quedado sin cobertura sanitaria básica Álvaro Ybarra

La retirada también ha afectado al medio ambiente, al emprendimiento social, a los derechos humanos. Proyectos que trabajaban con mujeres, personas con discapacidad o comunidades indígenas se han quedado sin recursos. ONG locales que llevaban años operando en condiciones difíciles ahora luchan por sobrevivir. Para muchas, Usaid no era solo un donante: era el socio que hacía posible llegar a donde nadie más llegaba.

India no depende de la ayuda internacional para sostener su economía, pero sí para empujar ciertos cambios donde más cuesta avanzar. En esos espacios —rurales, vulnerables, invisibles— la retirada de Usaid no es un simple ajuste presupuestario. Es una interrupción en la vida de millones de personas.

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