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¿Por qué la India ataca a Pakistán? Cachemira y las guerras del agua

La escalada del conflicto entre ambas potencias nucleares provoca el temor a que se desate una guerra

Conflicto India-Pakistán, en directo

Un grupo de manifestantes en Pakistán quema el retrato del primer ministro de la India AFP
Alexia Columba Jerez

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Unas semanas de tensiones entre la India y Pakistán han tocado su pico máximo durante la madrugada del miércoles con el peor ataque en dos décadas. La India, en el marco de la 'operación Sindoor', ha atacado con misiles a Pakistán y la Cachemira administrada por Islamabad, dejando un saldo de 36 personas muertas, entre las que se encuentran dos niños, y 46 heridos. Una acción entre dos vecinos que está siendo observada con suma atención. El temor es que esta rivalidad entre dos potencias que son nucleares y que llevan enfrentadas casi ocho décadas pueda culminar en una guerra.

El Ejército indio justificó el ataque como un intento de neutralizar nueve bases supuestamente terroristas en la zona paquistaní, desde las que dicen que se han planeado ataques contra Nueva Delhi. A su vez, el Ejército paquistaní confirmó posteriormente haber bombardeado posiciones en la Cachemira administrada por la India.

Lo cierto es que ambas naciones han aumentado la temperatura de sus enfrentamientos desde la masacre de turistas en la zona de la Cachemira india. Un ataque que tuvo lugar en Pahalgam el 22 de abril, y en el que fueron asesinadas 28 personas. El Gobierno de Nueva Delhi culpó a grupos armados que decían que tenían el respaldo de Pakistán. Sin embargo, Islamabad negó cualquier implicación en el ataque. El cruce de acusaciones se han ido sucediendo desde entonces.

Los hechos indican que estamos ante la peor escalada de tensión entre ambos países desde 2019. En ese año se produjo un ataque suicida que mató a 40 policías indios una vez más en la región de Cachemira. El por entonces secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, se vio obligado a intervenir para evitar un conflicto de mayor envergadura. Y, tras lo ocurrido este miércoles, los tambores de guerra vuelven a sonar.

Las causas profundas de este conflicto

La raíz del enfrentamiento entre ambos países se remonta a la Partición británica de la India en dos países en 1947. El imperio británico consideró que era la solución más rápida para tumbar el conflicto creciente en su colonia, que estaba enfrentando a la mayoría hindú contra la población musulmana. Sin embargo, la confrontación religiosa no hizo más que continuar y el derramamiento de sangre se recrudeció. La migración masiva de gente expulsada a la fuerza de sus aldeas, las mutilaciones y las violaciones eran continuas.

Conflicto en la frontera

entre India y China

CHINA

Cedido por

Pakistán a China

INDIA

CHINA

Glaciar Siachen

Meseta de

Aksai Chin,

bajo control

chino y

reivindicada

por India

CACHEMIRA

PAQUISTANÍ

Línea de control

CACHEMIRA INDIA

Landakh

Jammu &

Kashmir

PAKISTÁN

INDIA

Valle de Galwan

(Lugar del enfrentamiento)

Fuente: BBC / ABC

Conflicto en la frontera entre India y China

Cedido por

Pakistán a China

CHINA

Glaciar

Siachen

CACHEMIRA

PAQUISTANÍ

Meseta de Aksai

Chin, bajo

control chino

y reivindicada

por India

Línea de control

PAKISTÁN

CACHEMIRA INDIA

Valle de Galwan

(Lugar del

enfrentamiento)

Landakh

CHINA

Jammu &

Kashmir

INDIA

INDIA

Fuente: BBC / ABC

Además, el que quedase fuera de la división entre ambos países el territorio de Cachemira no hizo otra cosa que alimentar aún más un problema que sigue sin una resolución clara. Estallaron cuatro guerras, y se acordó trazar una línea de control y repartir la región en la «Cachemira administrada por la India», que abarca Jammu y Cachemira, y la «Cachemira administrada por Pakistán», que abarca territorios del norte y Azad Cachemira. El tercer actor que entró en escena fue China, sobre la que recayó la administración de los territorios restantes, la región nororiental, Aksai Chin, y el valle Shaksgam.

Ríos de sangre e inversiones en juego

Cachemira se ha convertido así en uno de los lugares más codiciados. El 'think tank' Cidob afirma que este territorio está relacionado con el legado fronterizo en el Himalaya, cuya indefinición ha provocado choques cíclicos entre las tres potencias asiáticas.

Para el gigante asiático, Cachemira es un eje clave de su Ruta de la Seda. Y el Corredor Económico China-Pakistán (CPEC) detalla que ya se han invertido 62.000 millones de dólares en la zona de Pakistán para favorecer una infraestructura que permita el tránsito de mercancías. Sus corredores terrestres permiten a Pekín llevar sus productos sin hacer uso del conflictivo Estrecho de Malaca. Un paso que podría ser un día bloqueado por EE.UU. o sus aliados.

Además, en Cachemira podemos encontrar grandes reservas de agua de gran importancia geoestratégica para Asia. El Indo, por ejemplo, es vital para Pakistán. Su agricultura y su base energética dependen de unas aguas que fluyen desde el territorio controlado por la India. Y las sequías de los últimos años han agravado aún más estas necesidades. Al mismo tiempo, grandes proyectos de canales y presas de la India y China pueden poner en peligro su acceso al agua y reconducir las corrientes. Desatándose una guerra por este valioso recurso que 'de facto' ya está latente en la zona.

De hecho, el mandatario indio, Narendra Modi, a raíz de los últimos ataques ha movido ficha y ha anunciado que las aguas que fluyen por su país se quedarán en su territorio, sin hacer alusión directa a Pakistán. Pero ello supone la suspensión de su participación en el tratado de 1960 con Pakistán. Un acuerdo que ha regulado el reparto de seis ríos de Cachemira entre ambos países. Pakistán, por su parte, ha afirmado que el tratado sigue siendo jurídicamente vinculante y si se cumplieran las advertencias de Modi se consideraría «un acto de guerra».

¿Qué pasará ahora?

La pregunta es qué pasara ahora. EOM nos recuerda que Estados Unidos ha perdido influencia en Pakistán tras su retirada de Afganistán, en 2021. Del mismo modo, Washington ha estrechado sus lazos con la India. Porque es el plan B frente a la animadversión de Trump por China.

«La sintonía ideológica entre Modi y el presidente estadounidense puede ayudar al líder indio a que el líder republicano se posicione a su favor», indica EOM. Mientras que Pekín favorece a Pakistán. Sin embargo, los mandatarios de EE.UU y China aspiran a ver rebajadas las tensiones dado que Trump tiene su vista puesta en el Pacífico y el gigante asiático quiere continuar con sus planes económicos. Veremos en los próximos días como la India y Pakistán juegan sus cartas.

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